La manifestación estuvo marcada por la presencia de dirigentes políticos, gremiales y funcionarios municipales. Los sindicatos se declararon en asamblea permanente.
Cerca de dos mil personas se movilizaron en la mañana de ayer por las calles del microcentro de San Luis. Si bien el brazo mayoritario estaba compuesto por docentes, también se encolumnaron dirigentes gremiales y políticos, funcionarios municipales de segundas y terceras líneas y un grupo de universitarios. El principal reclamo que expusieron fue el pedido de mejoras salariales para el sector educativo.
Con cánticos y aplausos, los maestros y profesores realizaron la marcha que habían adelantado hace ocho días y que por la reiterada difusión que hicieron a través de los medios de comunicación, se presagiaba con una presencia masiva de delegaciones del interior. Sin embargo, sólo se diferenciaron pequeñas agrupaciones de La Toma, Santa Rosa y Justo Daract.

A la izquierda, Tato Iglesias. Al frente, la gente de SADOP, en la Casa de Gobierno.
A las 10 tomó impulso la manifestación desde la explanada de la ex estación de trenes. A la cabeza se ubicaron los referentes sindicales de los cuatro gremios que convocaron al paro y a la movilización: Velia Vílchez por AMPPyA, Graciela Murúa por ASDE, Carlos Rojas por UTEP y Juan Accornero por SADOP, quienes hasta hace un mes estaban enfrentados con diferencias tan notorias que parecían irreconcialiables. Ahora se muestran juntos en la búsqueda de una recomposición de los sueldos.
Pese a la ausencia total de efectivos policiales, la protesta se desarrolló en forma pacífica. Durante una hora y veinte minutos el grueso de la marcha recorrió 18 cuadras hasta llegar al palco que se colocó en una de las esquinas de la plaza Pringles, frente a la Iglesia Catedral.
En el primer trayecto la columna tenía presencia mayoritaria de docentes y las excepciones las constituían, en el medio, militantes de la “Agrupación Gilberto Sosa”, que marchaban con tambores, y al final, una bandera de la Multisectorial en la que se divisaba a la dirigente del ARI, Beatriz “Charo” Domeniconi.
Pero a medida que avanzaba, la presencia política empezó a crecer. En el inicio del bulevar de la avenida Illia, frente al Correo, esperaba un inmóvil diputado de Nuestro Compromiso, Juan José Laborda Ibarra, quien cosechó en los últimos días un fuerte repudio por haberse retirado del recinto, en medio del discurso del Gobernador en el inicio del período de sesiones ordinarias.
Antes de llegar a Casa de Gobierno, se sumaron los funcionarios municipales: Juan Marchioni, Víctor Lucero y Marcelo Bustos Padovani, el diputado del Frente para la Victoria, Amado Neme y el concejal Daniel Sosa.
Aunque un grupo tuvo la intención de quedarse manifestando frente al edificio vallado de Casa de Gobierno, los gremialistas arengaban para que no se detuvieran.
La marcha continuó ante la indiferencia de la mayoría de los transeúntes y comerciantes, que en muchos casos se paraban y miraban sorprendidos la protesta. Al llegar a la Municipalidad, esperaban en la calle para expresar su respaldo político el intendente, Alfonso Vergés junto a los secretarios de Obras y Servicios Públicos, Ramón Zarrabeitía, y de Gobierno, Juan Carlos Velasco; el presidente del Concejo Deliberante, Francisco Reyes Rosales y el director de Vialidad, Enrique Picco López.
Ya en el escenario donde se efectuó el cierre, se mostraron el ex apoderado municipal, Elías Taurant, los dirigentes gremiales Daniel Paredes (Judiciales), José “Nino” Galende (Viales) y Aníbal Olivera (docentes universitarios). Y Laborda Ibarra se volvió a confundir entre la muchedumbre.
El acto y el documento
Apenas llegó la columna humana al palco se leyó la adhesión de unas treinta organizaciones sindicales y hasta una nota con la firma del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, quien supuestamente apoyó la protesta.
Por último se difundió el documento que suscribieron los cuatro gremios docentes y terminó por desnudar el eje central del reclamo: la cuestión salarial. “Nos convocamos en esta marcha para dejar bien en claro que no es caprichoso ni antojadizo el pedido de una recomposición salarial porque nuestros sueldos caen día a día acercándose a la pobreza mientras el costo de vida supera ampliamente nuestros magros sueldos”, señalaron las entidades en el primer párrafo.
En el afán por alcanzar ese objetivo solicitaron al Estado una “justa distribución” de los recursos y exigieron que el presupuesto educativo no vaya en descenso año a año.
Además, los autoproclamados defensores de la escuela pública y privada pidieron que queden inválidos el decreto 150 y el Plan Maestro, dos puntos que ya concedió el Gobierno apenas se inició el canal de diálogo entre ambos sectores.
El documento sólo hace una mención pequeña al final sobre la necesidad de reformular “profundamente” la “estructura”, “contenidos” y “objetivos” del modelo educativo, que es considerado por el Ejecutivo como el principal tema en discusión.
Con la promesa de seguir en asamblea permanente para diseñar cómo continuará el plan de lucha cerró el acto al mediodía.
cifras oficiales
Acatamiento dispar
El acatamiento al paro docente en toda la provincia fue de 24,67% en las escuelas públicas, según difundieron en la tarde de ayer autoridades del Ministerio del Progreso. Mientras que en el sector privado la adhesión a la medida fue del 30%.
Según esos datos oficiales, en la ciudad de San Luis el acatamiento fue del 83% y en Villa Mercedes sólo del 12%. A continuación las cifras totales por Región Educativa:
• Región I (San Luis, Juana Koslay, La Punta, Potrero, El Volcán y Trapiche): 58%.
• Región II (Villa Mercedes, Justo Daract, Villa Reynolds y Fraga): 11,92%.
• Región III (Buena Esperanza, Unión, Nueva Galia y Arizona): 16,94%.
• Región IV (Merlo, Tilisarao, Concarán, Naschel y Santa Rosa): 18%.
• Región V (La Toma y San Martín): 31,28%.
• Región VI (Quines, San Francisco, Candelaria y Luján): 12%.