LA ARGENTINIDAD….. AL PALO

Política, Videos, Ciencia,Cultura, Espectáculos, Cine, Deportes, Tegnologías, Arte, Humor, Música, Reportajes. ETC

En Dock Sud, la contaminación es un vecino que mata y trae enfermedades

Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en junio 12, 2006

Dramáticas historias de habitantes de Avellaneda que llegarán a una audiencia convocada por la Corte

 El barrio Inflamable de Dock Sud está empapelado con afiches de la Municipalidad de Avellaneda que dicen: "Enfermedades respiratorios agudas. Si su hijo presenta silbido en el pecho, decaimiento y sueño marcado, fiebre alta, respiración rápida o coloración pálida en los labios, acérquese a la unidad sanitaria más cercana a su domicilio". Camila Brite, con ocho años y una infancia de privaciones, padece todos estos síntomas.


Camila, de ocho años, sostiene una radiografía en la que se ve que uno de sus pulmones está afectad

Desde la casilla de chapa donde vive Camila, con su madre, Mary, y sus dos hermanitos, se ven de cerca las chimeneas coloradas y blancas del Polo Petroquímico. Detrás de su casa hay un lago de agua estancada y montañas de basura.


Los chicos, con vista a la basura y a los camiones del Polo Petroquímico
Foto: Miguel Acevedo Riú

Mary muestra una placa de los pequeños pulmones de Camila y una hoja con la historia clínica de su hija, que le escribieron en una de sus muchas visitas al hospital Pedro Elizalde: "Embarazo: intoxicación por inhalación de ácidos. Sufrimiento fetal crónico".

"Esto es un genocidio silencioso", describe Mary, conocida en el barrio por batallar contra las empresas del polo, un conglomerado industrial donde se asientan unas treinta empresas, acusadas de provocar contaminación.

Mary cuenta que después de las 19 ("cuando hacen las tareas de limpieza") el olor a huevo podrido es insoportable y que a toda hora la gente tiene ardor en los ojos y en las fosas nasales.

Muestra la heladera vacía de alimentos (vive de un subsidio del plan Jefes y Jefas de Hogar, que le da 150 pesos mensuales), pero llena de remedios para Camila.

Su hermano, Yaid, de 10 años, muestra las piernas marcadas por granos y forúnculos. "Todos los chicos de por acá o son asmáticos o tienen enfermedades en la piel", asegura Mary.

Según una denuncia de la Defensoría del Pueblo de la Nación, más del 50% de los menores de entre 7 y 11 años que viven en el Polo Petroquímico de Dock Sud tienen niveles alarmantes de plomo en la sangre. La cuenca hídrica La Matanza-Riachuelo es, de hecho, el principal foco de contaminación del país.

La Corte Suprema de Justicia convocará en las próximas semanas a una audiencia entre los gobiernos nacional, provincial y porteño, a 45 empresas y a los vecinos, que hace más de dos años presentaron una demanda al conjunto de las empresas instaladas en Dock Sud.

La casa de Mary es la que tiene un horno en la puerta, donde los chicos chapotean entre el barro y los residuos. "Acá la gente se muere y no se sabe de qué", se despacha.

 A Beatriz Mendoza trabajar en Dock Sud le cambió la vida: fue a atender a los chicos que padecían la contaminación y ella misma terminó afectada por ese mal. Ya pasaron más de seis años desde que dejó la salita sanitaria del barrio Inflamable, adonde asistía como psicóloga social, pero aún hoy siente las consecuencias de la exposición al Polo Petroquímico.

Beatriz tiene dificultades para acertar las llaves en la cerradura, no puede coser y dejó de pintar: perdió la motricidad fina en los dedos de las manos.

La carátula de la causa que por estas horas trata la Corte Suprema de Justicia tiene su nombre. "Beatriz Mendoza contra el mundo", dice, con una risa irónica, casi de resignación.

Vive en Wilde con sus tres nietos, de dos, cuatro y seis años, cuya guarda tiene. Tiene 53 años y unos ojos celestes cansados.

Trabajó en Inflamable seis horas por día durante dos años. Cuando se le empezaron a dormir las piernas y las manos con llamativa frecuencia se realizó un análisis toxicológico en el hospital Fernández y ahí supo que los niveles de tuoleno (un derivado del petróleo) en su orina sextuplicaban los tolerables. "Nadie cubrió los estudios, que eran muy caros; cuando se lo pedía a la ART [Aseguradora de Riesgos de Trabajo] me decían que se me dormían los brazos por tomar mucho jugo Tang", recuerda, dolida.

"Cuando iniciamos la causa sólo queríamos que nos pagaran los gastos de los análisis", explica. Una de los puntos de la demanda es el pedido de un fondo de compensación ambiental.

Ella dice que no le interesa una indemnización: "La plata no soluciona nada; esas plantas se tienen que ir de donde están, no se le puede pedir a la gente que se mude masivamente -afirma-. Si hay una explosión, volamos todos".

El grupo que componía la salita en Inflamable se disolvió. La mayoría se fue y comenzó su vida como pudo. "Mis compañeros en la salita tenían dolores muy fuertes de cabeza, algunos tuvieron neumonitis y dos chicas nunca pudieron tener hijos", dice, y por si queda alguna duda, aclara: "La esterilidad es una de las consecuencias típicas".

Beatriz explica que "bajó los brazos", aunque se ilusiona con el nuevo impulso que cobró la causa. Y dice en un suspiro: "Yo mandé cartas a Greenpeace, a todos; ahora ni siquiera creo en ellos. Dudo de todos".

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

 
A %d blogueros les gusta esto: