ARI CARRIO-RODRIGUEZ
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en julio 1, 2006
Inesperada Tensión por pensar diferente, entre la lider del ARI y su hija política
Marcela Rodríguez no votó como su jefa
Nadie en su partido se atreve a hablar de ruptura, ni deja correr fantasías de líneas internas que no existen, ni mucho menos osaría cuestionar con micrófono encendido el liderazgo de su jefa.
Pero lo cierto es que, durante el debate parlamentario del miércoles último en torno de la autorización para la práctica gratuita de la ligadura de trompas de Falopio y vasectomía, la jefa de ARI, Elisa Carrió, y un miembro de su bloque -en este caso, la diputada Marcela Rodríguez (Buenos Aires)- evidenciaron por primera vez en público serias discrepancias con respecto a un tema en tratamiento.
Para colmo, Carrió, que finalmente se fue del recinto antes de votar, dejó atónitos a compañeros de ruta y colaboradores cuando, al final de su discurso, habló de tomar una decisión -que no precisó- «en poco tiempo más».
Más allá del revuelo que provocó en el partido el encontronazo público entre ambas dirigentes, la extensa relación de admiración y cariño mutua que cultivan -no exenta de acalorados y hasta divertidos debates filosóficos y morales como el que sostuvieron en el reciente congreso partidario de Mendoza o en reuniones de mujeres en el Instituto Arendt- hace imposible aventurar algún portazo, aunque más de un dirigente partidario cree saludable que «no está mal que alguien le diga que no [a Carrió] alguna vez».
Posturas opuestas
Todo comenzó al promediar la sesión en Diputados, cuando Rodríguez y Carrió expusieron, con lujo de detalles y de manera sucesiva, posturas opuestas sobre la anticoncepción quirúrgica, tal como se había acordado en una reunión del bloque que encabeza Eduardo Macaluse (Buenos Aires).
Rodríguez, expresando a la opinión mayoritaria de su bloque, citó durante largo rato argumentos favorables a la práctica basados en la Constitución y en el «derecho de la mujer a decidir».
Carrió, con la solitaria y posterior adhesión del porteño Emilio García Méndez, se opuso a votar la iniciativa, y entre citas bíblicas, de Hannah Arendt y de Sigmund Freud habló de evitar «decisiones irreparables desde el punto de vista del sujeto» y de la «cultura del Tánatos», mientras Rodríguez sacudía la cabeza en señal de desaprobación.
Luego llegó la frase de Carrió, que algunos adjudicaron a un enojo momentáneo que ella misma desmintió. «No me enojé porque formo parte de un partido de gente libre, con libertad de pensamiento», contestó la líder de ARI a LA NACION, aunque aclaró que el debate puede abrir una nueva etapa en el partido que fundó en 2002.
«Nos sobran argumentos»
«Me hago responsable de mis posiciones, pero también de lo que votan mis diputados, que han tenido un proceso de crecimiento importante», explicó Carrió, y habló de la necesidad de un «retiro simbólico» porque aclaró: «Es hora de que ellos también comiencen a ser responsables de lo que votan».
-¿Esto significa penalizar a alguien o irse del bloque?
-No, significa que tengo que analizar de qué manera juego y ejecuto la responsabilidad que tengo, porque yo llevé a esas bancas a quienes hoy me acompañan -respondió Carrió.
Desde ARI, intentaron minimizar lo ocurrido. «Al PJ le sobran votos; a nosotros nos sobran argumentos», afirmó Macaluse a LA NACION, y aclaró: «Es saludable que se debatan temas. Hay libertad de argumentación y no tenemos por qué disfrazar una unanimidad que no existía».
«No pasa nada; todo está bien», afirmó con una sonrisa la diputada fueguina Fabiana Ríos al día siguiente del debate, como para cerrar la cuestión.
Sin embargo, con sus declaraciones, Carrió dio en la tecla en un tema que la desvela: cómo lograr que su partido pueda abandonar la «carriodependencia» a la hora de encarar una elección legislativa o presidencial. Tal vez por eso habló de un retiro simbólico luego de su debate con Rodríguez, una de sus espadas legislativas más respetadas que, sin embargo, osó desafiarla.
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