ENTREVISTA A BALÁ Y PIÑON.. Unas risas llegán OK
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en agosto 19, 2006
Uno y otro, para los hijos y los padres
Traen el espectáculo que ya presentaron en el interior a la Capital, en setiembre. Primero sale a escena el cordobés, luego el creador del sumbudrule. Clarín charló con ellos en la casa de Balá.
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CARLITOS Y PIÑON. Balá era el ídolo de Fabián Gómez, quien ahora siente que ser «su asistente» sobre le escenario es casi como un premio. (G. Garello) |
Cuando cada tarde, en su Dean Funes natal, Piñón Fijo sintonizaba Canal 12 de Córdoba para ver El show de Carlitos Balá, jamás hubiera imaginado que años después, ya convertido en payaso mediático, compartiría escenario con su ídolo infantil.
Como una propuesta bigeneracional, dirigida a la vez a los niños y a sus padres, Carlitos Balá y Piñón Fijo actuarán juntos en setiembre. Se trata de un espectáculo que el público de Córdoba, Mendoza y Mar del Plata ya pudo ver el año pasado.
Cinco de la tarde, Recoleta. La entrevista se realiza en el coqueto departamento de Carlitos Balá. Su sola presencia provoca un revival setentista: polera y pantalón blancos, campera roja, zapatillas impecables. El look se completa con el insoslayable flequillo, que luce bastante extraño en un hombre de 80 años.
La decoración del living acompaña el deja vu: abundante marrón, mesitas de vidrio y bronce, cortinados de voile.
Sentado en un sillón se lo ve a Piñón con su típico traje amarillo, rojo y azul y la cara pintada. Se sabe que jamás se deja fotografiar como Fabián Gómez (su nombre real, con el que firma las canciones que compone) a fin de no desilusionar a sus pequeños seguidores.
También están sus representantes, un par de periodistas de Córdoba, una simpática asistente. Reina un clima de jolgorio.
¿Cómo fue que se le ocurrió al payaso cordobés, unirse al ícono de infancia setentista?
«La idea surgió a mitad del año pasado planteándonos el objetivo de hacer algo distinto», explica Piñón Fijo, actualmente alejado de la televisión, aunque no tanto, ya que el fin de semana pasado condujo Un sol para los chicos, el programa emitido por Canal 13 a beneficio de campañas de UNICEF.
El payaso asegura que Balá es uno de los principales referentes de su infancia. «Más que una referencia artística —puntualiza Piñón—, para mí Balá fue una referencia en la actitud ante la vida y en el perfil humano, en esa vocación de hacer reír, de rescatar la ingenuidad de la infancia y la ductilidad de los mayores para sentirse niños por un rato.»
Por su parte, Balá afirma que cuando el año pasado le llegó la propuesta de actuar juntos, aceptó porque «lo vi prolijo, lo vi natural. Un actor familiar como yo, al que lo puede ver todo el mundo, cosa difícil hoy».
¿Y no le molestaba tener que viajar a Córdoba, trasladarse cada fin de semana?
No, estoy acostumbrado. Además, no es que voy en carreta. Ya la he pasado ésa, he llegado con un micro al que le faltaba un pedazo en el piso y entraba tierra de abajo, y cuando llegamos se creían que era Al Johnson.
Pero usted es muy activo, hasta hace un par de años recorría el país con El circo de Carlitos Balá, ¿es de esas personas que siempre tienen que estar haciendo algo?
No, yo gozo la fiaca. Yo, si tuviera dinero, viviría viajando, conociendo. Buscaría las mejores temperaturas, le volaría al invierno porque odio el frío.
Según ellos mismos cuentan, el espectáculo —que se podrá ver el 2 y el 3 de setiembre en el Teatro Coliseo— se divide en dos partes. «Yo abro la primera parte y hago lo mío con los más bebotes y con los papás —resume Piñón—, después hay una zona de mezcla entre los dos que tiene mucho perfume a homenaje y después queda él.» Pero Piñón no desaparece del escenario, se queda a un costado, sentado frente a una mesita con la leche y las galletitas recordando viejos tiempos. «Siendo lo que siempre soñé ser, el secretario de Carlitos Balá.»
¿Y los chicos cómo reaccionan?
Carlitos Balá: Cuando empieza mi parte los chicos me miran como diciendo «¿qué hace éste?». Y cuando termina, lo mismo, dicen «¿qué hizo éste?». No, hablando en serio, realmente es muy emocionante.
Balá cuenta divertido que muchas veces cuando un chico se acerca, él se para, porque cree que lo viene a saludar. Pero el chico va directo a Piñón Fijo. Eso sí, atrás viene el padre llorando, a saludarlo a él. «Así que es un equilibrio. Es una cosa muy linda muy distinta a todas. ¿No?»
Piñón Fijo: Sí, el grande viene a compartir con su chico lo que hace Piñón y a mostrarle al hijo lo que él veía de chico. Son muchísimas sensaciones que uno ve desde el escenario. Lo que nosotros hacemos no es grandilocuente, es la simpleza por sí misma. Pero esa simpleza es un disparador de una cosa extraordinaria que sucede abajo del escenario, entre la gente.
¿Y cómo reciben los chicos hoy ese humor de otras décadas?
Piñón Fijo: A mí me parece que lo que Balá ha hecho en su momento a nivel masivo quedó en el inconsciente colectivo y en el folclore del humor. No debe haber papá de nuestra generación que no golpee la puerta de su casa con «ta ta ra ta ta Ba lá». Por eso no se puede decir que los chicos de hoy no conocen ese humor. Creo que los chicos lo tienen muy adentro, porque se lo transmitieron sus padres.
¿De dónde salían todas las frases que inventaba, eran bromas que hacía en su casa?
Carlitos Balá: Sí, siempre jugué con las palabras. En su momento muchos me han criticado por eso, decían que yo arruinaba el léxico de los chicos. Cuando estás triunfando siempre hay mucha envidia. Yo siempre fui así. Si vos me decís «buenos días», yo te digo «fresco para chomba». Para salir de la rutina. Siempre busco salir de la rutina cargosa de la vida.
¿En su familia eran así?
Carlitos Balá: Sí. Mi mamá era muy graciosa, delgadita, ágil, corría de aquí para allá, imitaba la forma de hablar de napolitanos, genoveses, judíos. Ella nació en La Boca y vivíamos en Chacarita, donde había tanos, judíos. Por ejemplo íbamos a pagar un crédito en el Centro todos los meses. Primero me llevaba a la confitería y después tomábamos el subterráneo y pasábamos por el Obelisco y nos hacíamos los pajueranos. «Mirá —le decía yo señalando el Obelisco—, cuidado vieja que se viene abajo esto.» Y siempre entraba alguno que se paraba a explicarnos que no, que estaba seguro así. O nos íbamos para el lado de Harrod’s y hacíamos que hablábamos en inglés.
¿Tenía hermanos?
Carlitos Balá: Sí, cuatro, pero mis hermanos eran más insulsos. Yo era el cómico de la barra. Pero era tímido. Por ejemplo, una vez estábamos en el cine y en la película se veía a la protagonista cambiándose detrás del biombo y entra el galán con el ramo de flores y dice «¿sabés cuál sería mi sueño» y yo grito «¡que saquen el biombo!». Y cuando iban a prender las luces ya rajaba para el hall. Mirá a dónde llegaba mi timidez. Me acuerdo cómo me saltaba el corazón de haber logrado que la gente se riera, era como un desafío.
¿Por qué tardaron en traer el espectáculo a Capital?
Piñón Fijo: En realidad es coherente con nuestra forma de trabajar. Yo llegué a la Capital Federal después de quince años de trabajo en el interior del país.
¿Encuentran diferencia entre el público infantil del interior y el de la Capital Federal?
Piñón Fijo: Sí, quizás en la Capital Federal haya un público de espectáculos infantiles con más gimnasia. Es que tienen más opciones.
El músico de canciones infantiles Luis María Pescetti dijo que en sus espectáculos notaba que a los chicos de las ciudades grandes les cuesta entregarse a la ternura, ¿ustedes perciben eso?
Piñón Fijo: Y sí, lo que pasa es que en la ciudad no sólo los chicos sino también los grandes hemos mamado la cultura del zapping: «sorprendeme rápido o te cambio». Pero cuando a los chicos le das una oportunidad de seducirlos y de atraparlos con algo simple pasan a ser niños, estando en Capital Federal o en Humahuaca.
Un disco con canciones escritas en viaje
Fragancias de infancia es el título del nuevo disco de Piñón Fijo, el séptimo de su carrera. Se trata de once temas compuestos por él mismo con ritmos que incluyen, entre otros, el candombe y la cumbia.
La particularidad del disco es que a su voz se suman las de todos los chicos de Dean Funes, (su ciudad natal), que fueron parte de la grabación en vivo realizada en el cine España, una sala en la que el propio Piñón veía películas de cowboys y romanos cuando era chico.
Las canciones hablan del vapor de la ollita, de una hormiga que tropieza en la cocina, de una hojita amarilla que llega a su ventana… Sorprende la inclusión de un tema dedicado, a través de juegos de lenguaje, a Ibope, la empresa de medición de rating. Es así que al comienzo del tema Y vo’ pensás (track 4) se pueden escuchar las dulces vocecitas coreando «¡y vo pe, y vo pe, y vo pe!» seguramente ajenos a la referencia. El estribillo dice: Y vo’ pensás que vas a tener rating, y vo’ pensás que vas a medir bien…
Según cuenta en la solapa del disco todas las canciones fueron compuestas en viaje, en una camioneta, en un avión, en un desierto, en un parque, frente al mar, en la Puna. «Era una utopía de hace muchos años poder hacerlo así —explica Piñón—, increíblemente lo pude lograr.»
Lo que piensan de la televisión de hoy
«Me duele la mano de tanto hacer zapping, al final termino viendo cómo cocinan un pollo con papas.» Es el lacónico comentario de Carlitos Balá sobre la televisión actual. Su principal queja apunta a que, según él, en la televisión local no se valora la comicidad infantil. «Acá se le da mucho valor a la ficción —afirma—, ahí sí tiran la casa por la ventana. Yo era un tipo que cuando estaba en ATC les hacía sacar el pulóver a los chicos para que no tomen frío al salir. Y les había puesto tres maestras jardineras para que no se aburrieran mientras yo cambiaba de personaje. Todo eso no lo hace nadie hoy.»
Piñón coincide en parte. «Creo que en las propuestas infantiles quedó muy instalada la cosa grandilocuente, tipo Broadway —afirma— y cuando aparecen propuestas como la nuestra cuesta mucho hacerse entender.»
Piñón habla por experiencia propia. De 2002 a 2004 tuvo su propio programa en Canal 13, Piñón Fijo es mi nombre. «Yo vengo del teatro callejero —recuerda—, así que imaginate lo difícil que es mezclarse con la monstruosidad que significa la televisión. Hacer entender que no importa si la coreografía es asombrosa, sino que el chico la pase bien. Y que los niños no son escenografía sino seres humanos. Es decir eso de ‘correte nene porque viene la cámara’ conmigo no va.»
Información
Carlitos Balá y el payaso cordobés Piñón Fijo actúan por primera vez juntos en Capital Federal. El espectáculo —que ya se presentó en Córdoba, Mendoza y Mar del Plata— podrá verse el 2 y el 3 de setiembre a las 18.30 en el Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125. Entradas desde $ 15
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