Cacho Castaña le escribió “La gata Varela”. ¿Qué otro tango la describe?
–En todos los tangos hay partes de uno, no importa que sea la anécdota en sí lo que te refleja o ser la protagonista de la historieta. En cada tango hay un cachito de uno, algo que tiene que ver con una mirada nostálgica, erótica, o melanco, o resentida, o de añoranza, o deseosa… Siempre hay una referencia que tiene que ver con uno, más allá de lo anecdótico. Para mí lo anecdótico es lo que adorna lo que quiero contar, que es el paisaje, de dónde vengo. Elijo los temas para hablar desde ese lugar, pero en realidad son excusas para poder hablar de mi paisaje.
–¿Pero no hay alguno que le calce especialmente?
–“Como dos extraños”, ¿a quién no le viene bien? O “Los mareados”. También hay tangos en los que estoy muy de visita, no me identifican para nada. “Como abrazado a un rencor”, por ejemplo. Me encanta, pero ahí no estoy yo, más bien me da una cierta compasión por el que lo protagoniza.
–¿Qué tango no cantaría jamás?
–Muchísimos. “Caminito” no me gusta. Me gusta todo Cadícamo, menos “Nostalgia”. No sé por qué, simplemente no me gusta. “Uno” tampoco, por nombrar algunos de los conocidos. Por suerte el universo del tango es tan vasto, que hay para elegir
This entry was posted on septiembre 8, 2006 a 1:35 am and is filed under MUSICA, REPORTAJES.
You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed.
You can leave a response, o trackback from your own site.
Deja una respuesta