Escribe Alicia de Arteaga: «Ilusiones y pasos ganados»
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en septiembre 10, 2006
Alicia de Arteaga
La explosión de la matrícula en la escuelas de arte, el auge de la educación informal, la apertura constante de nuevos espacios y la expansión de las fronteras más allá de los circuitos tradicionales de exposición; representan sólo una cara del fenómeno que explotó con la crisis del 2001. Del lado menos visible están los miles de artistas de todo el país que buscan un lugar bajo el sol.
Muchos de ellos encuentran la primera oportunidad de legitimación en los premios; prueba de ello es la fabulosa convocatoria que tuvo, por ejemplo, el certamen organizado por OSDE, del que se da cuenta en estas columnas.
De manera tácita, empresas e instituciones asumieron en el último lustro el compropmiso de apoyar a los artistas jóvenes, y no tan jóvenes, por medio de premios que tienen un valor simbólico mucho más importante que el monetario, porque suponen el primer peldaño en el escalera de la fama. Un premio es la garantía del primer catálogo y la exposición, más la certeza de que habrá difusión y público. La mirada de la crítica llega servida en bandeja en los jurados de selección y de premiación, sumada a la oportunidad única de la alta visibilidad.
Fue a través de un premio creado en forma conjunta por Jorge Glusberg, entonces director del MNBA, y el empresario Eduardo Costantini que se conoció públicamente la Colección Costantini, piedra fundamental del Malba. Especialmente, en la tercera edición, en 1999, cuando el jurado eligió premiar una obra explosiva de Pablo Suárez llamada Exclusión, pieza clave de la colección del Malba.
Desde los tiempos de la Bienal Chandon, empresa que lideró desde el vamos la alianza con el arte, hasta el presente del Cultural Chandon, inaugurado el viernes en el MAC de Salta, se observa un cambio profundo de escenario y de actitud hacia el arte contemporáneo. La decisión de UADE de lanzar junto con el premio de pintura un concurso orientado al arte digital es una clara señal de apertura hacia las nuevas tecnologías, que tal como quedó confirmado el jueves en la presentación del Premio Fundación Telefónica- Mamba, con la curaduría de Laura Buccellatto, es un territorio fecundo para la creación, y todo indica que la tendencia se profundizará en los próximos años. El cambio de actitud es visible también en la «federalización» de los espacios expositivos. La legitimación ha cruzado la General Paz. El caso más notable es el de Rosario, que además del Macro se prepara para la primera edición de Create, una mega exposición de arte y diseño.
El más reciente es la I Bienal del Fin del Mundo, lanzada el martes por el canciller Taiana, que extenderá el horizonte del arte hasta la última frontera del planeta.
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