Entrevista en radio mitre al Diputado Sebastián Cinquerrui
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en octubre 2, 2006
Radio: Mitre AM 790
Programa: Aunque Parezca Mentira
FECHA: 21/09/2006
Tiempo: 45 minutos
Entrevista sobre el PACO en Argentina, en el estudio de Radio Mitre, programa Auque Parezca Mentira, a Sebastián Cinquerrui, diputado provincial del ARI, presidente de la Comisión de Prevención de las Adicciones.
Jorge Halperín, conductor: Ayer hubo episodios de violencia durante toda la tarde que afectaron al Ferrocarril Roca, entre otras cosas, pero también venimos asistiendo a episodios de violencia en las canchas. Todo el mundo comenta que este sesgo mucho más violento que toman los delitos, los robos y demás y mucha gente dice que esto está asociado al aumento de la droga en la Argentina. Uno escucha eso, escucha que efectivamente aumentó el narcotráfico, también escucha por otro lado decir que este es un país apenas de paso del narcotráfico, no es un país que tiene en sí mismo una gran estructura de la droga. Entonces, la cuestión está instalada en la calle casi a nivel, casi de mitología urbana. ¿Cuál es la realidad de hoy del narcotráfico? La violencia mientras tanto crece y uno sospecha que algo debe tener que ver este tema. Por eso hoy nos visita Sebastián Cinquerrui que es Diputado Provincial del ARI y preside la Comisión de Prevención de las Adicciones. Además, Sebastián es sociólogo y acaba de presentar un informe junto a Elisa Carrió, Leonardo Gorbacz y Walter Martello, sobre el creciente aumento de producción, venta, distribución y consumo de cocaína. Además del informe presentaron un proyecto de ley y un pedido de informes al Poder Ejecutivo. El título del informe es muy sugestivo «Paco, la punta del iceberg.» Sebastián, un gusto tenerte acá.
Sebastián Cinquerrui, Diputado Provincial del ARI, presidente de la Comisión de Prevención de las Adicciones: No, el gusto es mío y gracias por la invitación.
JH: Bueno, vos nos vas a ayudar a pasar de esa cuestión que está a nivel casi de mito en la calle o de sospecha colectiva ponerlo en claro ¿Realmente hay un aumento del narcotráfico? ¿Tiene relación con la violencia? Un poco por ahí empezaríamos.
SC: Sí, hay un aumento sustancial del narcotráfico. Por un lado se evidencia en la cantidad de causas que se han iniciado y la cantidad de decomisos que ha ido incrementándose; pero en realidad, aumentó el decomiso y aumentaron las causas, pero mucho menos de lo que aumentó el narcotráfico en la Argentina y además con una nueva modalidad. La Argentina a principios de la década del noventa era un país que se conocía como de tránsito, a mediados del noventa ya era un país consumidor y hoy se ha transformado en un país además productor de clorhidrato de cocaína. Esto, nosotros lo hemos puesto tal vez con mayor énfasis en el título, por eso «la punta del iceberg», porque el «paco» demuestra que la Argentina es productor de cocaína. El «paco» se realiza…
JH: No es algo que se importa el «paco…»
SC: No, porque no hay ecuación económica que resista esa tesis. Si bien es cierto que hay algunos organismos nacionales y provinciales que tienden a fundamentar, incluso con datos relativamente científicos, la tesis del que el «paco» es importado, en realidad no es importado porque, para dar un ejemplo, el kilo de pasta base en la frontera argentino-boliviana vale 600 dólares y esa pasta base transformada en «paco» en el Conurbano Bonaerense vale 3000 pesos, con lo cual la utilidad sería absolutamente ínfima. De manera tal que decir que es la punta del iceberg nos pone de relieve que en la Argentina se fabrica cocaína porque, el «paco» que se hace en la Argentina, se hace con el residuo de esa fabricación, entonces se importa la pasta base y lo que sobra en las cocinas que están instaladas, tal vez en el conurbano bonaerense, es el insumo sustancial para hacer la dosis de «paco.»
JH: ¿Qué produce el «paco» a diferencia de la cocaína en general? El consumidor de cocaína y el consumidor de «paco» ¿qué produce en el consumidor el «paco?»
SC: Primero produce una alta adicción física y psíquica.
JH: La cocaína también…
SC: La cocaína también. Son muy parecidos los efectos que generan sobre la psiquis y sobre el cuerpo al de la cocaína, a esto se le agrava algunos daños pulmonares porque se inhala, se fuma el «paco», pero en realidad lo que genera es, esos daños que la cocaína lo hacen en el cuerpo humano durante 10 años o tarda 10 años en producirse ese efecto, el «paco» lo hace en 6 meses, donde hay daño neurológico irreversible, pérdida de la memoria, de la orientación de tiempo y espacio, del control del cuerpo humano…
JH: En 6 meses…
SC: Sí, porque no solo tiene ese condimento de cocaína sino que además tiene hidrocarburos con los cuales se destila la cocaína, entonces las sustancias son mucho más nocivas…
Carlos Barragán, columnista: Estas como aspirando kerosén digamos, tiene ese tipo de componente.
SC: Exactamente, más un porcentaje ínfimo de cocaína…
CB: Todo lo demás es como una nafta…
SC: Exactamente, y a eso se le suman todos los insumos que se utilizan para el corte que puede ser desde talco hasta veneno para ratas, vidrio molido de los tubos fluorescentes que eso ya es…
CB: ¿Tubo fluorescente, vidrio…?
SC: Vidrio molido, porque es blanco, porque es fácil…
CB: ¿Es como soporte…?
SC: Para estirar la dosis.
JH: ¿Para que se lo consume? El que consume el «paco» qué espera recibir ¿estimularse más? ¿Delirarse? ¿Tener alucinaciones o activarse? ¿Aguantar más? ¿Qué buscan los que consumen el «paco?»
SC: Es muy buena la pregunta y es central, el «paco» ha ingresado en las clases medias pero sobre todo está dañando a los sectores populares y genera dos sensaciones que son para tener en cuenta de manera muy intensa. Genera sensación de saciedad y sensación de no tener frío. Entonces se consume «paco» para no tener frío y se consume «paco» para no tener hambre. Esto no implica que el hambre se va y no implica que el frío se va, de manera tal que se han detectado casos de muerte por enfriamiento y de muerte por falta de nutrición en consumidores de «paco.» Pasan varios días, ya vienen con una situación física deteriorada por la misma situación de vida en algunos barrios populares y encima estas dosis inhiben poner en evidencia el hambre y el frío y se han encontrado casos de chicos muertos por esta situación.
CB: ¿Cuánto cuesta una dosis de «paco?»
SC: El «paco» cuesta 1 peso y…
JH: Un cigarrillo de «paco.»
SC: Sí, a veces se compran combos de 3 «paco» por 2 pesos… En esto hay como una microeconomía que se ha conformado donde algunas familias de los sectores más populares terminan generando sus ingresos en esta venta de droga para los sectores más cadenciados. Lo que pone en evidencia es que, donde hay venta de «paco» que en general se consume como se conoce en los fumadores de opio en el lugar, donde se vende se consume, están en general distribuidas en torno a un laboratorio o a una cocina. Que quiero decir con esto, se fabrica la cocaína y el residuo se vende en el mismo barrio en general donde se fabrica la cocaína, entonces genera una red de protección hacia la cocina, hacia el narcotraficante…
JH: Para proteger la provisión del «paco.»
SC: Exactamente. Y con todos los males que además genera como mano de obra barata, prostitución infantil, situaciones muy marginales.
CB: ¿Las edades de los consumidores son bajas?
SC: Sí, hace unos años atrás estaba en 17, 18 años la edad promedio y ha bajado a los 12 o 13 y nosotros hemos detectado casos, que yo los he visto personalmente, de chicos de 8, 9 y 10 años consumidores de «paco» que lo que lo hace más grave es que ha sido la droga de inicio, no es que ha tenido el cigarrillo, el alcohol, la marihuana, la pasta base y el «paco.»
CB: ¿Hay alguna relación probada entre el consumo de «paco» y la violencia?
SC: Sí, hay una relación probada. Acá hay un hecho importante: las detenciones de los jóvenes que están cometiendo delitos en general cuando se los detienen no están bajo el efecto de un estupefaciente, en general están en el momento de mayor lucidez y es el momento del bajón y el síntoma de necesidad de consumir el estupefaciente, entonces por eso salen a delinquir. Y en el caso del «paco» como es mucho más compulsivo lo que genera sobre el cuerpo humano la desesperación es tal que lleva a realizar cualquier tipo actividad…
JH: O sea romper con las reglas morales mucho más rápidamente que otras necesidades, digamos…
SC: Exactamente, pasar al delito o pasar a la venta de su cuerpo… se rompen todos los límites.
JH: O la violencia…
CB: Pero no porque está bajo los efectos del «paco» sino porque está bajo los efectos de la necesidad del «paco.»
SC: Exactamente. Necesidad consumir el «paco», es muy fuerte la intensidad que genera el consumo, la dosis se consume en cinco segundos…
CB: O sea el pibe que acaba de fumar «paco» está tirado, sentado o tirado en el piso…
SC: Sí, no sirve para nada.
CB: No está jugando al metegol…
SC: Exactamente, no es que lo pone «pila» y sale como con la cocaína, en el caso del «paco» no sirve para nada, uno lo ve…
CB: Más parecida a la heroína…
SC: En ese sentido sí, y lo que sí genera un bajón muy profundo y una necesidad muy intensa de volver a consumir, por eso el consumo es cada vez mayor en el consumidor habitual a punto tal que llega a consumirse 70 u 80 dosis por día…
JH: ¿Por día…?
SC: Primero que gastan lo mismo o más que lo que gastarían consumiendo cocaína de primera calidad, pero después como ese dinero no lo tienen, tienen que, de alguna, manera conseguirlo. Lo consiguen vendiendo sus pertenencias, vendiendo todo lo que hay en la casa, mintiéndole a toda la familia y acá hay un dato que a mí me gustaría comentarlo, que es anecdótico, pero me pasó en uno de los barrios que recorrimos: donde una madre de un chico que estaba en recuperación me dice «nosotros necesitamos que a los pibes le den trabajo, no necesitamos que le den el plan Jefas y Jefes, porque lo que el pibe hacía era recibir los 150 pesos, se compraba un pantalón, un par de zapatillas, consumía el resto en paco. Cuando se le acababa la plata vendía mi pantalón, mis zapatillas, consumía paco y después salía a robar. Al mes siguiente cuando le daban de vuelta el plan, lo mismo, y nadie le exigía…» la cultura del trabajo, ninguna contraprestación. «Entonces lo que nosotros queremos es trabajo» y este reclamo a mí me parece que está ya dándose desde los mismos sectores que se ven beneficiados por las políticas públicas, que son de alguna manera clientelares.
JH: Le recordamos a los oyentes que estamos conversando con Sebastián Cinquerrui que es Diputado Provincial y sociólogo, Diputado Provincial del ARI, preside la Comisión de Prevención de las Adicciones y es co-autor del informe «Paco, la punta del iceberg.» Sebastián ¿está medido el aumento del consumo? ¿Cuánto se consumía antes? ¿Qué peso tenía el narcotráfico antes en la Argentina y cual es el que tiene ahora? ¿Y en el caso particular del paco, hay cifras?
SC: Sí, ha aumentado. En el caso del «paco» nosotros tenemos que decir que es más grave que lo que las cifras marcan; el SEDRONAR que es la entidad oficial que tiene el observatorio y analiza el crecimiento de la prevalencia del consumo ha dicho que ha aumentado entre el 200% y el 300% según la estadística, pero es una encuesta que solamente contempla a los escolarizados y los más perjudicados, que son los sectores populares, no van a la escuela con lo cual, en la realidad, el 200% queda muy reducido. Para dar un ejemplo, nosotros hace 3 años atrás cuando recorríamos los barrios era muy esporádica la consulta de la madre que tenía un hijo que consumía «paco», hoy es el primer tema que se trata en cada uno de los barrios del conurbano bonaerense, cuando uno llega una madre o un hermano o un primo uno le pregunta cuál es el problema que tienen hoy y dicen que el problema es el paco y las mafias que se conforman alrededor del paco. ¿Quiénes son los que generan o coordinan estas mafias? Sectores vinculados a la Policía, al Poder Judicial, al Poder Político y a un poder que ellos no llegan pero que está por detrás de todo esto, que son algunos miembros del sistema financiero que permiten financiar este tipo de actividades y después hacer el lavado de dinero.
JH: Por ahí hay algún rumor que uno ha escuchado también, de que incluso cuando se anuncian grandes operativos de decomiso de cargamentos de marihuana y demás es una forma también de que falte ese producto y la gente tenga que acudir más al «paco» ¿es así?
SC: Algo de eso es cierto. En el año 2001 después de la devaluación ha habido un corrimiento porque el precio de la marihuana ha crecido, y después había una política ideada por Estados Unidos de control de los precursores químicos, de los químicos que se utilizan par fabricar cocaína. Pero esa política, en realidad lo que hace es, como la Argentina es un país con una industria química importante, inhibe la posibilidad de que esos químicos sean exportados a Bolivia o a alguno otro país productor de la hoja de coca y hay un buen control en ese sentido fronterizo, pero no hay un control de lo que ingresa y no hay un control de la circulación de esos precursores químicos al interior del país. Por ejemplo ¿qué es un precursor químico? Ácido sulfúrico, soda cáustica, cal, son productos que uno los consigue a granel en la ferretería de la esquina del barrio.
JH: ¿Son insumos para fabricar el paco?
SC: Para fabricar cocaína.
JH: La cocaína, claro.
SC: Entonces, esto es una mezcla explosiva. Si uno tiene casi un descontrol del ingreso de la pasta base, un control muy fuerte del precursor químico hacia el exterior de la Argentina, pobreza, marginalidad, condiciones sociales que permiten constituir laboratorios y cocinas de cocaína, y tiene industria química fuerte, no hay control hacia adentro y tiene una mafia instalada en algunos lugares muy importantes desde el poder judicial, político, es una mezcla explosiva. Lo que nosotros queremos denunciar y alertar es que la Argentina está transitando en un camino de «colombianización» que en los próximos años, lo que nosotros hoy vemos en Colombia como algo tan lejano, va a ser carne en nuestra propia sociedad.
CB: ¿Cómo llega desde el pibe que se fuma un «paco» hasta el señor que quiere lavar dinero? ¿Cómo es esa cadena? ¿Cómo la explicas de manera sencilla para que todos entendamos?
SC: No es fácil explicarlo porque con la ley de desfederalización se ha fragmentado la posibilidad de poder tener un estudio encadenado de todo el proceso donde, no el consumidor, sino desde el pequeño vendedor hasta el gran narcotraficante y el lavador. Con la ley de desfederalización le dejan todas las causas de chiquitaje a la Provincia de Buenos Aires con lo cual se persigue al último eslabón y la Justicia Federal persigue al gran narcotraficante. Hay 12 causas de narcotráfico y hay 10 mil detenciones en la Provincia de Buenos Aires en los últimos 7 meses de consumidores y pequeños vendedores, pero cuando uno lo estudia con las instituciones que se dedican a esto, especialmente estatales y no gubernamentales, y esto lo ve en el barrio, la cadena que uno podría hacer es un consumidor, un pequeño vendedor, llamado kiosco, que para ser bien gráfico, tiene tal vez un ingreso de 400 o 500 pesos por mes, con lo cual no es que se hacen millonarios…
JH: Ese sería el dealer…
SC: El dealer es una etapa posterior que tal vez le distribuye, es un pequeño distribuidor, un dealer o un «transa», después pasa al contacto policial que muchas veces es el que, si en el barrio no hay fabricación, les trae el insumo y ese contacto policial, obviamente, con amparo de sectores judiciales. No olvidemos que en la Provincia de Buenos Aires ha sido el mismo grupo de senadores desde el año 83 hasta la actualidad quienes han designado la gran mayoría de los jueces penales.
CB: Cuando vos decís amparo judicial es que hay jueces que se dedican a proteger esas redes de narcotráfico…
SC: Sí, uno muchas veces no puede decir algunas cosas porque no tiene las pruebas pero sí tiene los indicios, pero lo que hoy es innegable, esto no es un problema que lo dice la oposición porque le conviene a la oposición, es innegable que este sistema va creciendo día tras día porque hay amparo que vas más allá de ese dealer, un dealer solo no podría funcionar.
CB: Y uno tiene que pensar porque encontrar una cocina de cocaína en una villa debe ser más o menos fácil, vamos ahora y la encontramos. Si va un policía y cierra la cocina ya está, no sería tan complicado.
SC: Exactamente, cualquier madre del barrio sabe donde está la cocina y son las madres las que están denunciando donde están las cocinas. El problema es cuando pasa a la instancia judicial o policial. Hace un mes y medio atrás hubo un encuentro en la Cámara de Senadores de la provincia donde fue la procuradora de la Corte, Falbo, que a mí me pareció muy transparente lo que ella planteó, donde dice «fuimos a hacer, después de la denuncia de las madres, 37 operativos en una villa del conurbano, con la misma gente del barrio que denunciaba donde se vendía con lujo de detalles, cuando llegamos solamente encontramos una casa…»
JH: Estaban todos avisados…
SC: Los otros 36 no estaban. Cuando yo fui al barrio a chequear como era eso, lo que me dicen es que caían en la casa de al lado, que caían en la del que denunciaba, caían en la casa pero ese ya estaba avisado porque antes del control habían venido a decirle que se vaya. Uno solo de 37. Esto lo dice el Estado, no es que lo dice la oposición.
JH: Para que uno tenga una impresión, cuando salís a la calle entre los pibes de la clase media, entre los pibes de las villas, de los barrios populares enseguida cualquier grupo conoce o tiene entre ellos a quien consume «paco» ¿cómo es de intensa esa realidad en la calle, del consumo del paco?
SC: En los barrios marginales es visible, cotidiano, uno camina por uno de los barrios y lo ve consumiendo, lo ve vendiendo…
JH: En la calle…
SC: En la calle. En los barrios de la calle media no es tan visible, es más privado pero sí ha ingresado y si uno recorre las comunidades terapéuticas como yo vengo haciendo en los últimos tiempos encuentra muchos hijos de la clase media y muchos hijos de sectores de alto poder adquisitivo, a sabiendas que es una droga que hace mucho más daño que otras drogas, pero que el acceso al consumo de esa droga ya ha penetrado las diferentes clases sociales. Y los males que genera, incluso la violencia, también lo va a generar en hijos de las clases altas. Por eso esto no es un problema de los sectores populares, es un problema de la sociedad.
JH: Uno puede imaginarse que en la barrabrava, ahí, debe haber un consumo de «paco» típicamente de esos tipos que están pegando, destruyendo todo, tiene que haber si no es de «paco» de alguna otra droga pero como el «paco» es quizás la más barata, las más accesible seguramente es un componente de esa violencia ¿no?
SC: Seguramente. Lo que nosotros ahí tendríamos que discutir es que el consumidor es un enfermo en última instancia, porque cae bajo el efecto de una droga para poder desarrollar su vida, sea por el motivo que sea, quién es el que le da la droga, quién es el que permite que ese barrabrava esté en la cancha y tenga amparo político en el mundo del deporte, para qué lo utilizan; porque en última instancia además de ser enfermo puede terminar siendo el más débil del eslabón, lo mandan a pegar, lo mandan a apretar, lo mandan a cometer algún delito para tal vez ganar una interna. Estas son cuestiones que no se discuten públicamente pero que hay que discutirlas, sino no hay forma de que nosotros podamos diseñar políticas públicas.
JH: Otra vez le recordamos a los oyentes, quien habla con nosotros, está visitando nuestros estudios, es Sebastián Cinquerrui, Diputado Provincial del ARI, titular de la Comisión de Prevención de las Adicciones y co-autor del informe «Paco, la punta del iceberg.» Yo digo ¿cuáles son las políticas que pueden darse frente a esto? Primero no negar más que Argentina ya no es un país de tránsito de la droga, que pasa por acá en dirección a otro lado sino que este es un mercado cada vez más importante de la droga ¿no? Supongo que el primer paso tiene que ser ese ¿Qué políticas públicas son posibles frente a eso? Con policías que son parte del negocio en muchos casos…
SC: Tu pregunta implica dos preguntas a la vez. ¿Por qué hoy no se dice la verdad de qué es el paco y qué está pasando con el paco? ¿Por qué hay tanto mito? Nosotros lo primero que hicimos en el informe fue investigar qué era el paco y cómo estaba conformado. La Provincia de Buenos Aires, el gobernador dice que hay 400 mil dosis de «paco» diarias que se consumen, lo que se confiscó en 6 meses de aplicación de la desfederalización, 1,300 Kg., o sea, 1300 dosis nada más. De esas 1300 dosis se hace el peritaje en la policía científica, a ver de qué estaban compuestas, y dice la policía científica en un informe oficial que eleva el ministro Arslanián que es cocaína fraccionada, no que es escoria, que es cocaína fraccionada. Uno va y busca las posibilidades de consumo de la cocaína en el SEDRONAR y dice que la cocaína no se puede consumir fumándola porque se quema antes de que el componente psicoactivo haga efecto. Entonces ¿qué está queriendo decir? Está queriendo decir lisa y llanamente que en la Provincia de Buenos Aires no se fabrica cocaína y ya empezar con esta definición, por parte de la policía hacia el Ministerio, es negar una realidad tajante, entonces no se pueden diseñar políticas públicas si partimos de la base de que en Argentina no hay cocinas, no hay laboratorios, no hay químicos que están arribando desde algunos carteles para instalar esas cocinas.
JH: Está bien, ese es un primer paso, por ahí te pediríamos para completar la idea de políticas públicas, vamos a ir a las noticias de las 14:30, te pedimos que te quedes un par de minutos más y nos completás la idea de lo que se puede hacer para parar este avance imparable hasta ahora del «Paco.» Seguimos conversando después de las noticias de Mitre Informe Primero con Sebastián Cinquerrui.
(Tanda informativa)
JH: Seguimos en nuestros estudios con Sebastián Cinquerrui que es Diputado provincial del ARI que preside la Comisión de Prevención de las Adicciones, co-autor como dijimos antes, del informe «Paco, la punta del iceberg.» Estábamos revisando un poco el crecimiento espectacular del consumo de «paco» en la Argentina ¿Está ubicado geográficamente el consumo? ¿Además de conocerse en magnitudes se conoce dónde predominante está el consumo de Paco?
SC: Sí, el conurbano bonaerense de manera muy fuerte y hay un dato que es interesante, son datos oficiales de la SEDRONAR, la provincia que más consume en relación a la cantidad de escolarizados es la provincia de Santa Cruz, donde la media nacional es de 0,9, en la provincia de Santa Cruz es de 1,8. Que es lo que en los estudios se llama prevalencia de mes que puede ser computado como consumo actual, quiere decir que en la provincia entre incidencia y prevalencia en la provincia que más ha crecido el consumo, es la provincia que más consume, no solo que más ha crecido sino que más consumidores hay en relación a la cantidad de estudiantes secundarios.
JH: ¿Eso tiene que ver con las facilidades para producir allí por la zona de hidrocarburos y demás?
CB: Hay muchísimo conglomerados en Santa Cruz, enormes conglomerados de gente, multitudes, millones de personas y se escoden ahí ¿no…?
SC: Yo creería que tiene que ver con una facilidad política de hacer la vista gorda a la producción de cocaína. Siempre basándonos en la misma tesis que tiene que ver con la escoria de la cocaína, entonces hay mucha oferta de “paco” y entonces si a eso se le suma el bajo costo y la necesidad de consumo aumenta considerablemente.
JH: Te pediría tres o cuatro puntillas breves, ¿en qué tienen que hacer hincapié las políticas públicas para empezar a combatir el tema?
SC: La primer política pública tiene que ser lisa y llanamente redistribución del ingreso. Hay que terminar o hay que enfrentar de manera muy intensa el hambre en la Argentina, hay que generar o regenerar una cultura del trabajo, la posibilidad de la construcción de una idea de mañana para los jóvenes de los sectores populares. Hoy la esperanza de vida en la Argentina es de 80 u 82 años y la esperanza de vida de un joven internalizada, lo que él cree que es la esperanza de su vida es de 40 años. Entonces hay una finitud temprana de la vida lo cual lleva a que haya estrategias desesperadas para salir de esa situación. Hoy las cárceles de la Provincia de Buenos Aires están súper pobladas de jóvenes de menos de 30 años, el 75% de los presos de la Provincia de Buenos Aires son menores de 30 años. Entonces, me parece que hay que atacar fuertemente la pobreza y dar la posibilidad de construir una idea de que el futuro puede ser mejor. Hay una seguridad de que el abuelo, el padre y el hijo han pasado por la misma situación de injusticia y que esto no tiene posibilidad de cambio. Y después, en términos muy concretos, creo que hay que unificar un comando nacional federal para integrar toda la información y las políticas de lucha contra el narcotráfico, eso no existe, hoy todas las instituciones estatales que trabajan sobre el narcotráfico lo hacen de manera fragmentada, no pueden cruzar inteligencia, información, esto es central reconstruirlo, hay que armar un programa nacional de asistencia y de prevención en el consumo, hay que transitar el camino de la reducción de daños porque además, no en el caso del paco, pero sí en el caso de los inyectables. La Argentina hoy es el país que tiene más enfermos de SIDA por uso de jeringas que se intercambian, esto es del siglo pasado, pero la Argentina hoy es el país en Latinoamérica que más enfermos de SIDA tiene, me parece que hay que transitar en algunos aspectos la reducción del daño, que se conoce como la distribución de las jeringas. Me parece importante la posibilidad de armar una red de contención para las madres que denuncian, de manera tal que las madres que hoy están poniendo el pellejo denunciando a los narcotraficantes estén protegidas en serio, no como testigos de identidad reservada como figura actualmente, que en algún momento tienen que ir a declarar ante el juez o ante el fiscal y la identidad reservada desapareció y – como se dice en la calle- es «boleta» en su barrio. Son los fiscales, los operadores de salud quienes tienen que asumir la denuncia, el Estado tiene que obligar a que ellos asuman la denuncia y proteger la identidad de los denunciantes. Y después otro tipo de instrumentos como la creación de un 0-800 para denuncias anónimas… hay una posibilidad de aspectos.
JH: Bueno, hasta acá sabemos que hay un mito pero que el mito es que Argentina es un país de tránsito de la droga, la verdad es que Argentina ya no es un país de tránsito, acá está la droga y hay producción de droga y hay un problema que está creciendo a toda velocidad. Sebastián, muchas gracias.
SC: No, muchas gracias a ustedes por la invitación y por tratar este tema de tanta importancia social.
JH: Gracias.
Deja una respuesta