Carla Czudnowsky: «Mi vida sexual fue jugosa»

Cronista hot desde la época de «Zoo», ahora busca perfilarse hacia el periodismo social. Dice que en el sexo no se quedó con ganas de nada. Aunque aclara: «Eso no quiere decir que haya probado todo».

Carla Czudnowsky —ojalá sea la primera y última vez que uno deba escribir este apellido— está muy entusiasmada con un programa que va a empezar en Canal 7, en el cual —esto es noticia— no hablará de sexo.

Dice que acompañará a Mex Urtizberea y que será un magazine donde tocará los temas «que en los diarios», para que tengamos una idea, «van de la página 40 en adelante». Pobre, no tiene por qué saber que estamos en el living de su casa por su otro perfil: el de la cronista sexual. Así que en medio de lo que vendrá, metemos un furibundo (y desmoralizante) flashback.

Carla, vos empezaste hace unos 10 años a especializarte en sexo. ¿Por qué la televisión te confió ese rol?

El sexo es algo que siempre estuvo en mi discurso. Desde Zoo, con Juan Castro, que empecé a producir temas de sexo, y creo que hasta que arranqué no había nadie en la tele que lo hablara sin solemnidad. En mis informes éramos todos putos, todos sados, todas lesbianas…

Vos no sos sexóloga como la Rampolla. ¿Tu conocimiento es teórico o práctico?

En el 97 empecé repartiendo preservativos en la calle y con Juan (Castro) hablábamos de sexo todo el tiempo. Evidentemente, vio que tenía algo para dedicarme al tema y lo explotó. Hoy, soy una especie de antropóloga sexual, aunque sería bueno que la gente supiera que también puedo hablar de otras cosas.

¿Por ejemplo?

Me gusta el costado social del periodismo: los derechos de las mujeres, de los niños. Lo de Canal 7 me va a dar la posibilidad de pelar algo diferente.

Entre tanto swinger, sado y travesti, tu nota contracultural podría ser un informe sobre el aumento de la canasta familiar, ¿no?

Y por qué no (sonríe), yo también soy una madre argentina que sale con el changuito… Soy rubia pero no tarada. Tengo la suficiente calidez y la suficiente calle como para la gente me termine contando lo que le pasa. Sea de sexo o no.

Estuviste al frente de un talk show («¿Y a vos quién te ama?») en el que quisiste cambiar el sexo por el amor. No funcionó.

Honestamente, no me fue mal. Empezó siendo un programa que me gustaba y terminó siendo otro que no me gustaba.

Me enteré que compañeras tuyas de la secundaria te odiaban porque siempre les robabas los novios…

Es mentira eso (lo dice triste, como si tocáramos un ítem complicado). Es un incidente que nunca pude aclarar, pero me gustaría hacerlo.

Tenés unas líneas para dirigirte a todas esas chicas resentidas.

La realidad es que en la adolescencia uno tiene esos grupetes de varieté, donde todos terminan curtiendo con todos. Yo no era una chica rápida. No me privé de nada, pero siempre tuve códigos: jamás le saqué un novio a ninguna amiga.

¿Y con los ex?

Los ex son novios del mundo. (El axioma le devuelve la risa).

Con la ley de educación sexual, los chicos van a saber que si les hablan de la fellatio no se estarán refiriendo a una heladería. ¿Se acaba el tabú?

¡Quiero poner esa heladería! Hablando en serio, creo que en la medida que haya una buena educación sexual, será menos necesario hablar de aborto. Hace mucho tiempo que estoy esperando la implementación de esta ley. Vamos a ver cómo se lleva adelante. ¿Se va a hablar de masturbación? ¿Las chicas van a saber lo importante que es tener un orgasmo antes de tener su primera relación sexual?

Lo negativo es que el tema se banalizará tanto que vos, la Rampolla y otras tendrán que buscar otro laburo…

¡Buenísimo! ¡A lo mejor ahí sí me tomen más en cuenta para otra cosa!

Cuando una mujer dice «estoy confundida», ¿avisa que será infiel o ya nos metió los cuernos?.

(Estímulo/respuesta) Ya te cagó. Lo lamento.

¿Estás casada?

Concubinos. El tema papeles lo reservo para la escritura de una casa.

Suponé que se viene el informe periodístico sobre la vida sexual de Carla. ¿Qué diríamos?

¡Qué diríamos? Una vida jugosa. No me quedé con ganas de nada, lo que no quiere decir que haya probado todo.

¿Por qué «puto» es ser homosexual y «puta» es la mujer que cobra por encamarse con hombres?

No sé por qué el femenino y el masculino no tienen el mismo significado, no lo sé… Pero la peor parte se las llevan las mujeres, como siempre.

Juan Castro será recordado como: a) «Un adelantado del nuevo periodismo social»; b) «Era gay, qué lastima»; c) «Mucho más que una cara bonita«.

Me inclino por la primera opción. Marcó una época.