ENTREVISTA A MARCELO BERTALMIO
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en noviembre 1, 2006
«Mis películas son raras»
El realizador uruguayo estrena mañana «Ruido», una comedia «sobre personas que no encajan».
EXCENTRICA. Así define a «Ruido». El filme trata sobre un hombre que no consigue suicidarse.
Cuando las ganas de hacer cine surgen de un profesional de la ingeniería eléctrica, es probable que el resultado sea una película como Ruido, una comedia rara por donde se la mire. «Esta es la historia de personas que no encajan. Es excéntrica y melancólica. Sobre gente a la que no dejan entrar a fiestas. Algo que también me pasó», cuenta el uruguayo Marcelo Bertalmío, director de su primera producción «no amateur».
El hombre nacido en Montevideo cuya infancia transcurrió en Barcelona tras el exilio de sus padres durante la dictadura, ostenta un título de ingeniero eléctrico y un trabajo como docente de esa disciplina en la universidad Pompeu Fabra. Aunque, evidentemente, su pasión pasa por otro lado. Para dar cuenta de eso, él mismo explica que casi diez años atrás se juntó con sus compañeros de estudio para rodar Los días con Ana, un largometraje casero que terminó por alzarse con todos tres premios en el Festival de Uruguay. Y hasta fue exhibida en el Festival de Cine de San Sebastián durante 2001.
Ruido es un filme que él mismo define como una mirada sobre la poca maña que muchos se dan para vivir. Su trama parece sencilla pero termina por ser rebuscada: un hombre verdaderamente infeliz se digna a suicidarse, pero se topa con tres extraños personajes que pululan por Montevideo. Y quien creía no tener razones para vivir, termina por trabajar en un disparatado departamento municipal de ruidos molestos, comprometido con singulares causas.
¿Cómo se conjugan dos pasiones tan diversas como el cine y la ingeniería?
Es cierto, son cosas diversas, pero el hecho de conocer de procedimientos técnicos me ayudó a hacer cine. Ya desde la universidad me juntaba con gente que tenía los mismos intereses y así salió Los días con Ana, de la que me siento orgulloso. A veces digo que hago psicoanálisis con mis películas. Ruido la filmé cuando pasaba por una crisis existencial.
¿O sea que tu cine es terapéutico?
Podría ser.
¿Cómo se podría catalogar tu forma de narrar?
No podría definirla. De lo que soy consciente es que las situaciones de mis películas son raras. Esta vez me interesaba mostrar qué era lo que hacía la gente cuando le decían que no iba a vivir mucho más. Además, siempre quise que el escenario fuera Montevideo, porque es mi ciudad y está poco vista en el cine.
¿Es cierto que tenés en mente una próxima película sobre la dictadura pero en tono de comedia?
Sí, se llama 1983 y tardé 5 años en escribirla. Trata sobre los servicios de inteligencia de Montevideo en una época en la que se adaptaron formatos clásicos del fascismo. Fue bizarro y patético.
¿Cómo vas a ingeniártelas para que un tema tan delicado no hiera sentimientos si es en tono de comedia?
Eso lo veía como una misión imposible. Pero a mí me salen las películas como comedias. No tengo otra forma de narrar.
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