Temporada de subastas, por ALICIA DE ARTEAGA
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en noviembre 8, 2006
Los anglosajones dicen que las tres «d» hacen girar la rueda de las subastas de arte: death, divorce y debt (muerte, divorcio y deudas). Carol Vogel, la filosa crítica de The New York Times, agrega una más, pero con «r «, restitution , al anunciar la venta de los cuadros de Gustav Klimt devueltos a sus dueños originales y que saldrán a la venta en Nueva York en las subastas que comienzan allí hoy. Esta es sólo una de las atracciones del otoño boreal que se prepara para vivir días de inusitada adrenalina con la oferta de cuadros de Picasso, Gauguin, Kirchner y Cézanne, en un momento de inédita fortaleza del mercado de arte animado por inversores rusos, chinos, mexicanos e indios.
En este panorama de euforia, hay una variante que no estaba en el libreto y que ha comenzado a tomar la forma de una tendencia: los dos últimos récords fueron logrados en ventas privadas y no en pública subasta, tal como ha sido históricamente desde que, en el siglo XVIII, fueron fundadas Sotheby s y Christie s. Ronald Lauder hizo punta en junio pasado con la adquisición del Retrato de Adele Bloch-Bauer I , de Klimt, en 135 millones de dólares en una galería de Nueva York, marca superada la semana última con los 140 millones de dólares que el coleccionista mexicano David Martínez pagó por N° 5, 1948 , de Jackson Pollock, símbolo inconfundible del expresionismo abstracto.
Por el camino quedó un récord cantado para El sueño, de Pablo Picasso, inspirado en su rubia amante Marie Thérèse Walter. Otra habría sido la historia si el magnate norteamericano Steve Wynn no le hubiera propinado un codazo involuntario a la tela. Pasado el impacto inicial, queda claro que semejante boutade ha sido la mejor promoción para el cuadro y para Wynn, dueño del hotel de Las Vegas que lleva su nombre. Después del codazo, la señora Wynn ha dicho «no» y el cuadro quedará en el hotel. ¿A cuánto se cotizará la suite en la que está colgado El sueño ?
En el mercado argentino, con unos cuanto ceros menos, también la pintura más cara fue resultado de una transacción privada entre la galería Ruth Benzacar y un coleccionista de bajo perfil que pagó casi un millón de dólares para quedarse con Desocupados, de Antonio Berni, a mediados de los 90.
La estrella de las ventas neoyorquinas que comienzan hoy es el retrato de Angel Fernández de Soto, un Picasso de 1903, que integró la colección del compositor Andrew Lloyd Weber, autor de la ópera Evita , Cats y Jesucristo Superstar , y que rematará mañana la casa Christie s, luego de un tour por Londres, Hong Kong y Moscú. Dicen los enterados que el cuadro superará los 50 millones de dólares y volará con su nuevo dueño a Rusia. Weber piensa destinar lo recaudado a fines benéficos.
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