Un legado con acento francés
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en noviembre 26, 2006
Con texto de Fabio Grementieri y fotografía de Xavier Verstraeten, Grandes residencias de Buenos Aires, de Ediciones Larivière, refleja lo mejor de la influencia parisina en nuestra arquitectura
Palacio Ortiz Basualdo, actual embajada de Francia. El coleccionismo arquitectónico de la belle époque reunía especímenes estilísticos con la curiosidad de un naturalista
Grandes residencias de Buenos Aires es un imperdible itinerario por los interiores y exteriores de los edificios más significativos de la herencia de cuño francés en el Río de la Plata. Pero es también un estudio costumbrista sobre la vida, la moda y los gustos de una elite opulenta que logró hacer de la capital de los argentinos, en pocos años, la París de América latina.
A partir de una idea original de Chiquita de Oliveira Cézar, el libro de Ediciones Larivière –con texto de Fabio Grementieri y fotografía de Xavier Verstraeten– refleja el gran proceso de transformación que se produjo en la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX.
«La prosperidad generada por una expansión económica sin precedentes, los frecuentes viajes a Europa de un cierto círculo de la sociedad porteña y su consecuente espíritu cosmopolita, fueron algunos de los factores que hicieron posible la aclimatación de la arquitectura francesa en el otro extremo del Atlántico», dice Grementieri, especialista en el estudio del acervo edilicio de la ciudad desde el período colonial hasta la actualidad.
Así, en una suerte de visita guiada por los interiores y exteriores de los mayores exponentes de esta rica herencia arquitectónica, la cámara de Xavier Verstraeten introduce al lector en la intimidad de aquellas grandes residencias privadas, verdaderos palacios sin parangón, algunos, incluso con los del París de la época; la mayoría de ellos tuvo luego destino de embajada.
Edouard Le Monnier, Paul Pater, Louis Martin, Jules Dormal, Louis M. H. Sortier, Paul-Ernest Sanson, estamparon su firma en los planos de edificios imponentes. En el caso de René Sergent, que nunca pisó la Argentina, tres de las obras que proyectó para Buenos Aires pueden considerarse entre las mejores de su producción: el Palacio Errázuriz (1911), actual Museo Nacional de Arte Decorativo; el Palacio Bosch (1912) y el Palacio Sans Souci (1913).
Fugaz esplendor
El Palacio Paz (actual Círculo Militar), el Palacio Anchorena (actual sede del Ministerio de Relaciones Exteriores), el Palacio Fernández Anchorena (actual Nunciatura Apostólica), el Palacio Bosch (actual embajada de los Estados Unidos), el Palacio Pereda (actual embajada del Brasil), el Palacio Ortiz Basualdo (actual embajada de Francia), el Palacio Alvear (actual embajada de Italia), la residencia Acevedo (actual embajada de Arabia Saudita), y las residencias Alzaga Unzué y Duhau, entre otros ejemplos generosamente retratados en el libro, dan cuenta de ese fugaz esplendor que vivió la Argentina en las primeras décadas del siglo pasado, de las apetencias, pasiones y delirios de una generación que creyó en el progreso indefinido y que se atrevió a pensar la Argentina como un gran país. Pero también de una clase dirigente que no supo, no pudo o no quiso ver los cambios que se venían en el mundo y que construyó sus casas con la ilusión de que la bonanza duraría para siempre.
El buen gusto innato que caracterizó a sus moradores y la impronta que marcaron en materia de diseño arquitectónico, de interiores y de artes decorativas, comenzó su ocaso hacia la década del 30, cuando la mayoría de estas construcciones empezaron a enajenarse a manos del Estado nacional o de representaciones extranjeras.
Grandes residencias de Buenos Aires es sin duda un valioso aporte al análisis de una época y de un patrimonio cultural e inmueble de gran valor arquitectónico y artístico. Es también un testimonio de lo que queda y de lo que cayó bajo la piqueta, de los objetos y obras de arte que exhibían los interiores de estas casas impresionantes… y de lo que se perdió cuando llegaron los tiempos de las vacas flacas.
El gran valor del trabajo de Grementieri y Verstraeten es recordarnos que, a pesar de todo, lo mejor de ese patrimonio está aquí, es nuestro legado, y debemos contribuir a preservarlo.
En ese sentido, no es un libro para la nostalgia, sino para el regocijo.
Facundo said
Gracias por esta pagina, es muy simple y me llega mucho, la voy a guardar en mis favoritos.
Arquitecto UBA
polg said
Estoy buscando el libro «The Bosch Palace : residence of the ambassador of the United States to Argentina», cualquier informacion en donde conseguirlo es apreciada. No es para mi, sino para alguien que hace tiempo que lo esta buscando y colecciona libros de arquitectura.
gracias 🙂