Britney Spears, la artista más rentable del amarillismo
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en diciembre 14, 2006
ritney Spears, la Princesa del Pop, mantiene su titulo musical al borde del abismo. Sus escandalosas hazañas han sido protagonistas de los medios de comunicación. ¿Qué hay del Sida y la homofobia? ¿No son dignos de recibir la misma atención?
Han pasado siete años desde que Britney Spears viera la luz de la fama, las noches de glamour en las alfombras rojas y los lentes de los paparazzis en los lugares menos insospechados.
Falda escolar, calcetas a la rodilla, dos coletas en el cabello y una actitud de sensual colegiala; así apareció por vez primera en el video de “Baby one more time”. Desde ese momento, los críticos le auguraron un éxito arrollador, al grado de considerarla la Princesa del Pop, sucesora al trono que en aquel entonces poseía (y hoy sigue poseyendo) Madonna.
Lo que no vaticinaban ellos, ni mucho menos sus fans, eran los escándalos que acumularía a lo largo de su vertiginosa carrera musical, una trayectoria que al inicio se tornó impecable; ahora atraviesa por un bache que parece definitivo. Incluso, expertos en música coinciden en que, si hoy saliera a la venta un nuevo disco de la Spears, sería un completo y definitivo fracaso.
Britney pasó de ser una niña inocente a una mujer perversa, tanto en su música como a nivel personal. Al paso de los años, con tal de no ser vista como una chica superficial, confundió madurez con desnudez, y su carrera dio un giro total, pasando de las publicaciones de música a la llamada “prensa del corazón” e incluso la amarillista.
Britney Spears es el mejor ejemplo de lo que sucede en el mundo del espectáculo desde hace mucho tiempo, es lo que Roman Gubern llama como “vedettatario”, es decir, la persona que triunfa a través de aspectos adversos a su objetivo principal. Ahora, a la gente parece más importarle cuál es la siguiente tragicomedia de su vida, que el talento que dice tener.
La lista de escándalos de la Spears es tan larga, que se puede afirmar que su aparición en la escena musical es uno de ellos. Pero si hacemos un recuento de los más significativos, se encuentran su polémico noviazgo con Justin Timberlake, tras el cual se le vio con muchísimos (literalmente) ejemplares masculinos, como Colin Farrell, Fred Durst y un largo etcétera.
Su visita a México en el 2003 también causó controversia, ya que hizo todo lo que un artista no debe: se comportó muy evasiva con la prensa y canceló un concierto poco tiempo después de haberlo iniciado. Pero todo se quedó corto en comparación con una seña obscena presentada por Joaquín López Dóriga, bautizada desde ese momento como la “Britneyseñal”: el dedo índice levantado emulando un pene erecto. De sobra ha de decir que la señal dio la vuelta al mundo.
Pero sin duda, el famoso “beso pop” con Madonna y Christina Aguilera en los MTV Video Music Awards de 2003 se convirtió, casi, en su marca registrada, ya que a partir de ahí comenzaron rumores muy fuertes sobre su sexualidad, mismos que perduran actualmente gracias a sus frecuentes reventones al lado de las decentitas Paris Hilton y Lindsay Lohan.
No olvidemos que inició el 2004 casada en la ciudad del pecado, Las Vegas, con Jason Alexander, de quien se divorció 55 horas después, bajo el argumento de que era tan sólo una broma. Tiempo después, unió su vida a la de Kevin Federline, ex bailarín suyo y quien se consolidó como el “padrote” más grande del mundo. Esta polémica pareja arrojó sus frutos, unos buenos (Sean Preston y Jayden James, sus hijos), y otros no tan buenos (Chaotic, un reality show que causó más pena que gloria).
Incluso, se dice que la que canta en sus discos no es ella, sino una cantante de sesión, con lo que, de comprobarse este rumor, se uniría al clan de Milli Vanilli, Ashlee Simpson, Garibaldi, Fresas con Crema y un gran número de “artistas” talentosos para el engaño, pero no para el arte musical.
Entre demandas por ser mala madre y su abrupta, pero esperada decisión de divorciarse, Britney anda en busca de la libertad, y en su búsqueda, se da el tiempo para aparecer completamente liberada y sin bragas en las publicaciones amarillistas.
Lo inconcebible es ver cómo una vagina rasurada puede despertar más impacto que la lucha contra el Sida en México y el mundo, los derechos humanos o la homofobia. A los hechos nos remitimos: en unos cuantos día, Anodis.com registró miles de visitas por la “increíble” hazaña de Britney en la que fue fotografiada sin ropa interior.
Otros despachos informativos del sitio, como los referentes al Día Mundial de la Lucha contra el Sida no alcanzaron ni 100 lecturas, en cambio la ‘Britneyvagina’… Lo anterior es una muestra inconfundible de cómo una foto escandalosa dicta las normas de comportamiento de los medios masivos de comunicación.
Con Britney Spears (y otros artistas), o “Brenda Esparza” para los mexicanos, el periodismo de espectáculos ha pasado de la objetividad al morbo y el amarillismo. La cantante pop se une a la lista de las féminas partidarias de la frase “la que no enseña no vende”. Habría qué preguntarse si sus hazañas escandalosas han valido la pena para su derroche de talento en los escenarios. ¿El fin justifica los medios?
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