Un concierto navideño y vital
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en diciembre 22, 2006
Oratorio de Navidad de Johann Sebastian Bach. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Grupo de Canto Coral preparado por Néstor Andrenacci. Solistas: Graciela Oddone (soprano), Elisabeth Canis (mezzosoprano), María Dolores Ibarra (soprano) y Víctor Torres (barítono). Director concertador: Guillermo Brizzio. Parroquia San Benito Abad. Organizó: Teatro Colón.
El Oratorio de Navidad es un ciclo de seis cantatas que Bach escribió para que fueran ofrecidas en forma alternada en las dos grandes iglesias de Leipzig: Santo Tomás y San Nicolás. Su idea era la de poder hacer coincidir una de esas cantatas con seis de las festividades litúrgicas de las doce que forman el período navideño: las tres primeras, en los tres primeros días de Navidad; la cuarta en la celebración de la Circuncisión; la quinta para ser ofrecida en el primer domingo de Año Nuevo, y la sexta para la Epifanía.
De tal manera, el texto encadena en cada una de las partes el mensaje del Evangelio, la reflexión del creyente en el aria y el canto de la comunidad en las partes corales. En tanto que el desarrollo temático se escalona así: Nacimiento, Anunciación de los pastores, Adoración de los pastores, Circuncisión, Venida de los Reyes Magos y Adoración de los Reyes Magos.
La versión ofrecida por el maestro Guillermo Brizzio y el numeroso conjunto de músicos, coreutas y cantantes solistas intervinientes se caracterizó por el logro genuino del estilo del compositor (no existe otro con lenguaje tan distintivo), una admirable vitalidad interna contrastante con los pasajes recoletos, imprescindible en una obra que alterna el júbilo profano con el recogimiento místico.
De ese modo la batuta dejó escuchar con perfecto equilibrio el lenguaje sonoro renovador del creador, que con genio hizo uso de una planta instrumental audaz para la época, con trompetas, timbales, parejas de flautas oboes d amore, oboes de caza, fagot, cornos de caza, más el bajo continuo ejecutado con órgano, contrabajo y violonchelo, además de intervenciones destacadas de violín y violonchelo (excelente el concertino Pablo Saraví), concertado con las voces de los solistas vocales que en cada cantata buscan variables de color y timbres.
Así como los músicos de la Filarmónica cumplieron una labor de primer orden, el Grupo de Canto Coral se destacó por una más que evidente buena preparación y por la frescura de las voces, virtud que debe prevalecer en un coro de calidad que renueva a sus integrantes en un permanente fluir porque la naturaleza así lo impone. Pero esto acontece porque la agrupación tiene al frente a un maestro autorizado y entusiasta como Andrenacci, quien cantó con el conjunto con verdadera unción.
La ardua y permanente intervención del bajo continuo fue ejecutada con suficiencia por el organista Armando Fernández Arroyo, el violonchelista Carlos Nozzi y el contrabajista Fernando Fieiras, aunque en ocasiones la sonoridad fue excesiva y oscura en la registración desde el órgano, a pesar de la experiencia del maestro del Colón.
Como el Oratorio de Navidad se ofreció en dos noches consecutivas con tres cantatas en cada una, se pudo escuchar un trabajo de preparación, noble y cuidadoso porque la segunda noche fue similar a la primera, con los únicos cambios que reclama la orquestación de Bach. En cuanto a los solistas vocales, tuvieron un desempeño eficiente, con la voz de soprano a cargo de Graciela Oddone, algo destemplada en su timbre, poco utilizada por el autor en las primeras tres partes de la primera noche y con mayor compromiso en la segunda; el tenor Rubén Martínez con dificultades para abordar la parte del Evangelista, ardua y aguda, y la mezzosoprano Elisabeth Canis con un canto correcto que disimuló en parte pasajes de dudosa afinación. En cambio, se destacó de manera categórica el solista de mayor prestancia vocal y comprensión estilística, el barítono Víctor Torres, que, lejos de dar por terminado el período de estudio, continúa perfeccionándose con esmero más que evidente, al punto de que su prestigio internacional está plenamente justificado y su nombre debe ser considerado entre los principales de nuestro país.
El público llenó las amplias naves central y laterales, y fue significativo como se creó una atmósfera de concentrada atención, situación que se puso de manifiesto por el caluroso aplauso ofrecido. Al cierre de la última jornada, las palabras del párroco de la iglesia sirvieron para agradecer y expresar que el lugar puede ser utilizado para más presentaciones de este tipo. Por último, llegó la bendición para todos los presentes, protagonistas de un acontecimiento merecedor de ser reiterado.
Es que más allá de la opinión que merece la versión musical, quedó claro que el Colón organizó una nueva actividad fuera de sede acorde con su prestigio. Se hacen votos para que durante la próxima temporada se continúe por este sendero, asimismo para que se tenga en cuenta con mayor asiduidad a Johann Sebastian Bach.
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