
Es la historia de una melodía, y de cómo un hombre, Eliseo Montalban, intenta escapar de ella; y de cómo otro hombre, Ricardo Coppa, intenta hacerla propia. Un viaje por la música y la locura; un drama universal que busca retratar la condición humana a través del conflicto de la creación, la complejidad de la originalidad y la envidia.

Director: Pablo Larraín
Producers: Hernán Larraín, Juan de Dios Larraín
Screenwriters: Hernán Rodriguez Matte, Mateo Iribarren, Pablo Larraín
Executive Producer: Cristina Littin
Cinematographer: Miguel J. Littin Menz
Editors: Juan Carlos Macias, Fernando Valenzuela
Art Director: Rodrigo Bazaes Nieto
Music: Juan Cristobal Meza
Montalbán is a composer unable to finish a musical score. As a child, he witnessed the murder of his sister. As she fell on a piano, a melody was accidentally composed. Haunted by this piece of music, he becomes a composer, obsessive and mentally disturbed, trying to recreate this traumatic event into an avant-garde composition. Many years later, Ricardo Coppa, a mediocre composer craving for recognition like Salieri, searches for Montalbán, now a forgotten figure, looking to revive his musical creation and make it his own, unaware of the dangers involved in such a pursuit.
Montalbán es un compositor incapáz de terminar una pieza musical. De niño fue testigo del asesinato de su hermana sobre un piano. Al caer sobre este, surgió por accidente una melodía. Obsesionado por esta música y mentalmente desequilibrado, Montalbán se hace músico para recrear este hecho traumático en una composición de vanguardia. Muchos años después, Ricardo Coppa, un compositor mediocre y hambriento de fama como Salieri, busca a Montalbán, una figura olvidada, para revivir esta creación musical y hacerla propia sin imaginarse los riesgos que conlleva tal aventura.
Cast: Benjamin Vicuña, Gastón Pauls, Francisca Imboden, María Izquierdo, Willy Semler, Héctor Noguera, Alfredo Castro, Alejandro Trejo, Paulina Urrutia, Mateo Iribarren, Marcial Tagle, José Soza, Luis Dubó, Héctor Morales
Film Language: Spanish
Film Year: 2005
Run Time: 110 min
«Hay una herida hecha por un importante asesino»
Por Luis Cerpa, desde Canadá |

La película FUGA llegó muy temprano al FFM de Montreal. Esto permitió que los periodistas acreditados pudiéramos visionar el filme varios días antes antes de que comenzara oficialmente la 30° versión de este importante evento cinematográfico. El día 2 de septiembre, después del mediodía, la ópera prima de Pablo Larraín, se estrenó oficialmente en el Cine Quartier Latin 9, con un público en su mayoría latino, chilenos incluidos, que no llenó completamente la sala. Al final de la proyección los aplausos fueron discretos.
Previo al estreno ya tenía preparada una síntesis de los artículos y notas de prensa relacionadas con el film de Pablo Larraín, extraídas del Internet y que fueron publicadas en diarios de Santiago. También había solicitado esta entrevista en la Sala de Prensa del festival, la que me fue concedida para el día 3 de septiembre, a las 16:00 hrs. en el lobby del Hotel Hyatt.
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Allí encontré entonces, a un Pablo Larraín, que llegó con una cara y actitud de cansancio que más parecía las de un tipo que viene regresando de una luna de miel extremadamente agitada, que la un cineasta contento de que su ópera prima esté compitiendo en un festival de cine. Le pregunto si está conforme con la recepción del público a su película, y me responde con desgano, “si, no está mal”, y se calla.
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Sin dejar de observarlo enciendo la grabadora y abro mi carpeta desde donde extraigo un par de hojas que contienen una síntesis de las críticas aparecidas en el sitio web Analízame, enseguida doy por iniciada la entrevista.
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LUIS CERPA. Visioné tu filme y en términos generales mi opinión coincide con algunas que han sido vertidas en diarios de Santiago. Por ejemplo, la de Antonio Martinez, de Wiken, “en Fuga, es largo lo inexplicado, el sentido de la historia se desperdiga en el aire… le pasa a Larraín con FUGA lo que a Montalban con su concierto; son piezas en formación, alteradas, con dificultades de expresión e incompletas “. También concuerdo con Christian Ramirez de Artes y Letras, principalmente en lo que se refiere a la credibilidad de escenas como la de esa pareja teniendo sexo en el Municipal en plena función. Y con Carcavilla, de La Nación cuando expresa que las buenas intenciones no bastan cuando no se tiene la experiencia necesaria; él lo dice de otra manera…habla de “dedos para el piano”.
Pablo toma las hojas y las lee en silencio. Noto cierta displicencia en su comportamiento lo que induce a pensar, que probablemente, “no esta ni ahí” con esta entrevista.
PABLO LARRAIN: Todas remarcan lo negativo, nada más que lo negativo.
L.C.: Mira, he leído casi todo lo que se ha publicado en Chile respecto a esta primera película tuya. También estoy en conocimiento de los premios que has ganado haciendo publicidad. Por principio rechazo absolutamente el “chaqueteo” pero, yo no creo que esta gente esté en contra tuya porque tienen una opinión critica acerca de tu film…¿o tú piensas que el problema es otro?.
P.L.: A mi lo que más me interesa, es seguir en lo que estoy. Si los demás quieren seguir hablando, que lo hagan, yo estoy trabajando en lo mío…superando dificultades y, dándole…
Lo observo detenidamente porque tengo la impresión de que Pablo está a punto de “tirar la toalla”, que está cansado de escuchar criticas, que no estaba preparado para esta etapa del oficio, porque hacer publicidad es una cosa y hacer cine, es otra muy distinta. Además, ha tenido que enfrentar un tema complejo, que nada tiene que ver con el cine y para el cual es muy posible que tampoco estuviera preparado.
L.C.: Pablo, tu película acusa fallas en el guión y también en el montaje; es por ello que una historia que parece interesante, se desdibuja. Sin embargo, la dirección de arte, el sonido y la fotografía, están muy bien, asimismo, el trabajo de los actores, particularmente Alfredo Castro. ¿Tú compartes ésta apreciación?
P.L.: Yo diría que es una película que tiene algunas imperfecciones, que tiene cosas que se podrían haber hecho mucho mejor pero a la vez tiene momentos muy interesantes y que por ello es que a mucha gente le ha gustado, que mucha gente a conectado y a mucha gente no le gustado y así son las cosas…También es una buena película,… ahora estoy trabajando en una nueva película que espero hacerla mejor y así, que se yo, estoy construyendo una obra en el tiempo.
L.C.: ¿No te parece que en Chile hay pocos guionistas de calidad?
P.L.: Yo diría que no hay muchos…hay pocos guionistas, hay pocos directores de arte, hay pocos directores de foto, hay pocos buenos directores, hay poco de todo bueno, no solamente en Chile, también en el resto del mundo.
L.C.: ¿Cuáles son a tu juicio, las dificultades mayores para poder hacer cine en Chile?
P.L.: Fuera de este cansancio y, qué se yo… es la onda de la gente. Eso es bien difícil de conllevar pero, es posible. Hay que poner la guata dura y sonreír.
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Me pregunto si se puede sonreír cuando se ha invertido tanto dinero y esfuerzo en un proyecto fílmico que no logra obtener el éxito soñado o, cuando los medios en Chile, tachan su film como “la película del Benja Vicuña” y, además, cuando se debe enfrentar un “chaqueteo” que es tanto, o más implacable que la discriminación que sufren los pobres, los gordos, los feos y los minusválidos, en
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nuestro país. Pablo nunca lo va a decir pero, está claro que nosotros no elegimos a nuestros padres, ni el nombre que llevamos y tampoco el apellido; si entramos en el terreno de los sentimientos, no hay padres ni hijos malos. Y esto es así, en todas las clases sociales, sin embargo, este marco valórico ya no es el mismo cuando nos adentramos en el terreno de los derechos humanos, cuando nos encontramos con crímenes de lesa humanidad, con desaparecidos y con torturados por el solo hecho de pensar distinto, y lo que es peor aún, con un partido político que pese a todo esto, todavía defiende y se identifica con la “obra” de la dictadura militar. Este es el meollo del asunto porque, en rigor, Pablo no debe responder por la actividad política de su padre (el senador UDI) sino, por sus actitudes y fundamentalmente, por su trabajo fílmico.
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L.C.: Mira, yo estoy okey, he visto tu película dos veces y ya cuento con bastante información para mi trabajo. Me interesaba encontrarme contigo porque en algún momento tuve la impresión de que estabas actuando como aquellos cineastas soberbios que piensan que pueden hacer lo que se les ocurra con su film, sin que nadie pueda criticarlo.
P.L.: Hay que entender que uno está en un proceso, en un estado dinámico de cambio y de evolución. Desde luego, yo debo reconocer que mi película tiene varios errores pero, para mi también tiene varias virtudes…como muchas cosas…Estoy trabajando para hacer una película menos imperfecta en adelante, y así, ir mejorando en ese viaje difícil para llegar a ser un director de cine.
LA HISTORIA DE UN ASESINO
L.C.: ¿Cuál es tu nuevo proyecto?
P.L.: Es una película que relata la historia de un asesino…eso es, básicamente, todo lo que te puedo contar, no mucho más… pero, estamos trabajando en eso.
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L.C.: Pablo, pareciera ser que es muy difícil obviar ciertas cosas cuando hablamos de cine, de literatura, cuando hablamos de arte en general. Por ejemplo, un país que vive muchos años bajo una dictadura militar, debe pagar un costo en lo político, en lo social y también en lo cultural. Yo creo que en Chile, entre muchos otros, uno de los grandes vacíos en el tema de la cultura, lo
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constituye el impuesto al libro, que es el más alto entre muchos países, incluido Canadá, y que de hecho impide al ciudadano chileno, acceder a obras que le ayuden y que permitan entender y evaluar mejor el arte nacional, llámese literatura, cine, pintura, etc. ¿No piensas tú que esta es una secuela más, entre varias otras, que dejó la dictadura?.
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P.L.: Sin duda que hay un lastre importante que se debe solucionar…hay una herida muy grande hecha por un importante asesino y, esa herida lo mas probable es que tenga su costo y hay que pagar esos costos…en un breve tiempo…y con la paz, diría yo.
L.C.: Si, yo creo que esto es muy importante, es decir, que el pasado reciente no siga siendo un muro donde se estrellan la libertad de expresión, la libertad creativa y la posibilidad real de acceder a la literatura, al cine, u otras manifestaciones artísticas. Pero todo esto tiene que ver con la justicia y, es por eso que de pronto se radicaliza el tema; las últimas declaraciones de Luis Vera aparecidas en El Mostrador, acerca de la deuda que tiene el cine chileno con el pasado dictatorial, son un claro reflejo de lo que expreso, ¿no te parece?
P.L.: Nooo, noo…no se, yo creo que,…yo diría que en Chile hay que,…no se, no se,… no te puedo contestar.
L.C.: Bueno, por lo menos dime si has visto los filmes de otros realizadores nacionales.
P.L.: Por supuesto, las películas chilenas las he visto todas.
L.C.: Yo creo que eso es importante porque si ni siquiera hubiera esa preocupación, significa que se es poco solidario con el oficio. Bueno, ahora dime cómo te sientes y cómo estás manejando este momento tan particular en tu vida.
P.L.: Me siento bien, estoy tranquilo…estoy trabajando, en verdad…muy tranquilo y con fe en lo que sé, y en lo que puedo hacer.
L.C.: Pablo, yo tengo la impresión que lo mas difícil para ti, en esta etapa, ha sido la lucha contra los prejuicios y el “chaqueteo” a ultranza; pienso que más difícil que conseguir los recursos financieros, el casting u otra exigencia para realizar tu película, ha sido este enorme esfuerzo para tratar de desprenderte de un lastre que te es ajeno y que obstaculiza tu andar dentro del cine.
P.L.: Probablemente así sea pero, como te digo, tal vez ha sido lo más difícil pero, desde luego, no es lo más importante.
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Así termino esta entrevista. Resumiendo, yo diría que el primer gran error de este joven realizador, es haberse planteado un proyecto demasiado ambicioso para su poca experiencia como director de cine. No me pregunten por qué Fuga pese a la critica adversa y a tanto “chaqueteo” tuvo una buena acogida en las salas de proyección de nuestro país; esta es una paradoja, que se suma a varias
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otras, entre las cuales podemos citar la elección de Patricio Aylwin Azócar, como presidente del primer gobierno post-dictadura… porque no olvidemos que este hecho impensable, ocurrió, pese a su complicidad en el golpe de estado