Un gigante dormido

Esta era la postal de la Ciudad por la mañana. Después de horas de festejar entre amigos, las calles se vaciaron. Sí, se vaciaron y hasta los madrugadores que salieron a dar una vuelta se quedaron sorprendidos y decidieron inmortalizar esa imagen. Así, el primer día de 2007 la metrópolis estaba silenciosa, vacía y expectante… Esperando despertar.

La Ciudad espectante, vacía, esperando despertar…

Esta era la postal de la Ciudad por la mañana. Después de los festejos por el Año Nuevo y tras horas de festejar entre amigos las calles se vaciaron. Sí, se vaciaron y hasta los madrugadores que salieron a dar una vuelta se quedaron sorprendidos y decidieron inmortalizar esa imagen. No es para menos… recordemos el hormiguero que es durante el día de lunes a viernes, hasta se hace difícil caminar en los horarios pico. Y los fines de semana nos sorprenden la gran cantidad de turista o de personas que hacen las compras y salen a dispersarse luego de una semana de trabajo. Bueno, hoy no había nadie.
Algunos dirán que es triste, otros que la imagen está arreglada y que sacaron mediante programas de computadora a la gente que caminaba, pero la verdad es que simplemente es una rareza. La Ciudad vacía, ¿quién lo iba a imaginar?
El atractivo de ver los edificios y los carteles que decoran el lugar se hace evidente, las calles negras y las sendas peatonales bien blancas. Sin bocinazos, sólo silencio, un silencio que para quien está acostumbrado a la contaminación auditiva típica de la ciudad de Buenos Aires se hace casi insoportable.
La curiosidad, así despertó la Ciudad el primer día de 2007… Silenciosa, vacía y expectante…