Una hoguera de vanidades detrás de cada premio
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en enero 7, 2007
El rito de la “red carpet”, los tironeos con los diseñadores de moda y los regalos polémicos: todo lo que se juegan los ganadores
Cada año con la llegada de enero una enorme maquinaria comienza a calentar sus motores en Hollywood. A esta etapa, que comenzó esta semana y terminará el 25 de febrero con la ceremonia de los premios Oscar, en otro tiempo se la conocía como la temporada de premios. Un título ganado por acumulación. A saber: en estos dos meses la industria del cine entregará más de 10 premios otorgados por los gremios asociados a la actividad (actores, guionistas, directores), los independientes y los internacionales que incluyen a la Academia británica y a la española con sus Goya. Tanto talento por reconocer y tan poco tiempo para hacerlo, en esta época las ceremonias de entrega no ocurren de mes a mes, ni siquiera de semana a semana sino que el ritmo es diario. Y el camino hasta llegar a la dorada noche del 25 de febrero es largo y está alfombrado de rojo. En la temporada de premios lo que sucede en la alfombra roja es tan importante como las ceremonias en sí mismas.
Algunos dicen que aquella vieja broma que se burlaba de los venerables Oscar, que este año cumplen 79 años, diciendo que pocos recuerdan a los ganadores del año que pasó, pero que todo el mundo sabe quién fue la mejor y, por supuesto, la peor vestida, dio el puntapié inicial a un negocio que nada tiene que ver con las películas aunque viva de ellas.
Un estilo impersonal
No es un secreto que para conseguir los vestidos con los que caminan esas alfombras rojas que se extienden interminables por todo Hollywood, las estrellas no pagan ni un centavo. Semanas antes de que comiencen los festejos, sus estilistas, esas personas a las que les pagan mensualmente para que le creen vestuarios tan a la moda, reciben bocetos de los vestidos que los diseñadores quieren exhibir en las más fotografiadas pasarelas del mundo. Esta tendencia comenzó en 1989, cuando Giorgio Armani les prestó sus creaciones a varios actores para la noche de los Oscar. A partir de entonces las casas de diseño envían flores, bombones y hasta vestidos para los estilistas con tal de ser los elegidos. Y esto no se aplica sólo a los premios de la Academia. Cada ceremonia, los Grammy, los Emmy, los Tony, y sigue la lista, requiere de un vestido prestado. Y no se conforman con los trajes de la colección prêt-à-porter, las grandes estrellas quieren vestidos de alta costura que pueden costar de 20 mil dólares en adelante por los que no pagan ni la tintorería. Todo lo contrario. Aunque las casas de moda se niegan a admitirlo, es un secreto a voces que muchas de esas empresas les pagan a los actores para que usen sus productos. De hecho, horas antes de la ceremonia de entrega de los Globos de Oro del año que pasó Hillary Swank y Charlize Theron cambiaron la marca de joyas que les prestaban por otra que prometía pagarles. Además, durante la temporada de alfombras rojas, Theron aparece siempre vestida por Christian Dior, la casa de modas que la emplea como imagen de sus perfumes y así el combo es completo. En estos arreglos no manda el glamour sino el dinero. Es que si el costo total para lograr que su vestido aparezca en la portada de todas las revistas de espectáculos, y algunas de moda, de casi todo el mundo asciende a 200 mil dólares la inversión valió la pena ya que, según Kelly Cutrone, una de las tantas operadoras de relaciones públicas que trabaja en la temporada, un aviso de una página interna en la revista Vogue cuesta más de 60 mil.
Privilegios de estrella
Por estos días llegar al escenario, sacar la lista de agradecimientos y que la orquesta interrumpa el discurso antes de llegar a mencionar a la prima segunda, lleva un trabajo que nada tiene que ver con lo que se hizo en la pantalla. Es todo lo que los estudios no quieren que se vea: el detrás de escena donde se construye con paciencia de orfebre la suerte de sus films y de sus estrellas.
Los numerosos votantes de las asociaciones que entregan premios son durante dos meses las personas más populares del planeta Hollywood. Todos los jefes de estudio quieren almorzar con ellos, las estrellas aceptan encuentros informales que en otro momento del año rechazarían y reciben regalos para ayudarlos a pensar en lo mucho que les gustó determinada película. Aunque enviar regalos a los votantes traspasa varias reglas que rigen en la temporada de premios. Así, un estudio intentó enviar aparatos de DVD con su película adentro a un grupo de votantes de los Oscar, pero las reglas de la Academia lo prohíben así que tuvieron que suspender todo. Lo mismo que los estudios Paramount, que para lograr una nominación en los premios Globos de Oro para su programa Everybody Hates Chris intentó regalarle a los integrantes de la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood una de las cámaras de fotos más sofisticadas del mercado que rápidamente fue devuelta por los integrantes de ese grupo, más cuidadosos de su imagen desde que hace unos años el escándalo casi los deja fuera de la temporada. Fue cuando Sharon Stone quiso conseguir una nominación regalándoles un reloj a cada uno.
Después de muchas campañas agresivas que casi quebraron las reglas del negocio de hacer películas los estudios parecen haberse tranquilizado. Ahora, su mejor arma de convencimiento son los grandes avisos que publican en todos los diarios y revistas del país.
A la temporada de premios y alfombras rojas se le sumó un nuevo detrás de escena que parece no tener freno. Es una danza de cientos de miles de dólares que ocurre cuando el público se emociona por el discurso de un ganador o la decepción del perdedor. Bajo el escenario a uno y al otro lo esperan unas bolsas de regalos que pueden valer hasta 150 mil dólares, cada una.
De hecho, meses antes de la gran noche de los Oscar los rumores empiezan a girar y este año ninguno tuvo más fuerza centrífuga que ese que hablaba de la suspensión de todo regalo oficial de la Academia a sus invitados. Es que aquellos que recibían esos bolsitos que por su valor monetario se parecen más a botines de piratas que a carteras, no pagaban un centavo de los impuestos que el gobierno de los Estados Unidos exige en estos casos. En la entrega del sindicato de actores, los presentadores se llevaron 68 regalitos. Hace un par de años la bolsa de las estatuillas doradas incluía la estadía en un lujoso hotel mexicano. Así, cuando Gwyneth Paltrow tuvo que elegir un lugar para su luna de miel aprovechó el regalo y se fue con su marido, el cantante de Coldplay, Chris Martin, al resort de México. Hasta en el “independiente” festival de Sundance se entregaron bolsos con un valor de 50 mil dólares. Claro que no todos las millonarias estrellas aceptan lo que se les ofrecen en ese pacto mefistofélico. “Estas canastas valen la misma cantidad de dinero que podría servir a una familia de bajos recursos para vivir durante un año”. Eso declaró el actor Edward Norton a la revista New York. El no es el único que rechazó lo que otros se llevan encantados. Keanu Reeves hizo lo mismo en Sundance mientras que George Clooney donó sus regalos post Oscar a una entidad de beneficencia. Pero la mayoría salió del Kodak Theater y se llevó a su cara mansión, y luego utilizó ese pase de tres noches en el hotel St. Regis Monarch de California que incluía a un entrenador personal de surf. Cualquier hijo de vecino habría pagado casi 6000 dólares el día por ese privilegio, los actores que llegan a cobrar hasta 20 millones por película, fueron gratis.
The winner is…
- 9 de enero: premios de la Broadcast Film Critics Association (críticos de cine en TV).
- 15 de enero: ceremonia de los Globos de Oro.
- 20 de enero: entrega de los premios del Producer Guild of America (gremio de productores).
- 28 de enero: premios de la Screen Actors Guild (sindicato de actores) y premios Goya en Madrid.
- 3 de febrero: entrega de los premios del directors Guild of America.
- 11 de febrero: entrega de los premios Writers Guild of America (sindicato de guionistas) y premios Bafta en Londres.
- 25 de febrero: los Oscar.
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