Catherine Fulop expone sus sentimientos
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en enero 13, 2007
«La mitad de mi corazón es ya argentino, y la otra venezolano»

Aquel primer desarraigo* La pérdida de identidad* El sentimiento de una mujer latina y caribeña* Los diferentes conceptos de la estética femenina* Los prejuicios y la libertad de elección* Los valores fundamentales de la existencia de todos los días* Un gramito de más no le tiene que quitar el sueño a ninguna mujer, tampoco a ningún hombre*
Los lugares que por diferentes razones gravitan en el recuerdo y que marcan el pasado: algunos de los temas que desarrolló la bellísima protagonista de «Un país de revista» -Teatro Tronador-, Catherine Fulop
No es novedad para nadie que Catherine Fulop es una de las mujeres más bellas y seductoras del espectáculo nacional. Esto es tema más que conocido. Habría sí que acotar en justicia a su personalidad, tan atractiva por cierto, que también es lo máximo en cordialidad, simpatía y espontaneidad. Para dialogar con ella no es necesario ni presentación ni preámbulo alguno. De inmediato inicia la charla que desde el vamos facilita toda entrevista con la prensa.
La protagonista femenina de «Un país de revista» -Teatro Tronador que tiene producción y dirección de Jorge Guinzburg- mantuvo la siguiente charla con un medo Marplatense-Ser la protagonista de «Un país de revista» marca el ingreso de la Fulop a la revista, es decir, mostrar el cuerpo cubierto de plumas y mucho brillo. Como profesión, ¿cómo lo tomó en un primer momento?
-Un género maravilloso y muy argentino, y como venezolana que soy, me gratificó mucho, muchísimo que hayan pensado en mí. Pero también quiero manifestar que soy muy argentina porque desde hace años que vivo a aquí y he formado una muy linda familia, creo que esto me da determinado derecho para sentirme como tal. Además esto me hace formar parte de la cultura de mi país, Argentina, porque lo soy por adopción.
-Le propongo hacer un retroceso a aquellos tiempos que usted comenzó a venir a trabajar a nuestro país, ¿le costó mucho el desarraigo, el dejar la identidad y buscar caminos en otras tierras?
-¡Claro que me costó! Como a toda persona que deja lo suyo y se instala en un país que no le pertenece, entonces se produce una herida muy grande que no siempre cicatriza. Uno pierde sus calles, sus amigos, sus lugares, sus afectos cotidianos, la familia, la comida, y tantas otras cosas más, hasta la misma identidad va dejando tras de sí en una tierra que no es la suya. Pero felizmente la Argentina a mí me dio todo aquello que una mujer puede soñar, el amor, y la familia, además la consideración y el respeto de todos los habitantes. Más, sería ya mucho.
-¿Sintió tristeza en algún momento de su vida por haber dejado Caracas para seguir el camino que la fama y el reconocimiento le iban marcando?
-¡No podría haber sido de otra manera! Mucha tristeza y desasosiego. Cuando entraba en estas etapas retornaba a Venezuela para recargar las pilas y sentirme eufórica, plenamente latina, caribeña y con mucha alegría de vivir todos los días.
-¿Qué diferencia nota, de manera fundamental entre la mujer caribeña y la argentina?
-La mujer caribeña de por sí, y por el clima y la geografía es más ardiente. Además, y sin importarle mucho es más pulposa, con celulitis, y por esto no deja de vivir y disfrutar. Tiene muchas curvas y con grasas y esto no le quita el sueño, no vive prisionera de su cuerpo, para nada. En cambio aquí, y yo en primer lugar, estamos pendientes del gramito de más y cuidándonos de manera religiosa de la comida para no aumentar una línea. La mujer caribeña es un poco más libre de la estética y no vive para su cuerpo. Aunque esto es un pequeño detalle que no hace a la existencia de todos los días.
-Usted que tiene uno de los cuerpos más seductores y perfectos del espectáculo nacional, ¿vive sometida a los dictámenes de los régimenes, de las dietas, de los gramitos, de la gimnasia y demás detalles para cuidar el «look»?
-Por ahí me atrapa un tiempo y lo sigo de manera religiosa. Pero me cansé y opto por vivir en absoluta libertad para disfrutar de esta hermosa vida que Dios me ha dado y lo hago compartiendo todo en familia. Cuando por ahí estoy reprimida por esto y voy a mi tierra, me dio cuenta de que no es lo más importante la figura, sino los sentimientos propios y el valorizar todos aquellos que nos brinda los que tenemos cerca. La familia, los amigos y los conocidos.

-Hablando de estética femenina, por qué no incluir a los hombres en esta tan contemporánea modalidad de cuidarse el cuerpo y el «look», ¿que diferencias hay entre el caribeño y el argentino?
-Al igual que la mujer, vive más en libertad y no le da tanta importancia al exterior. Con esto no estoy diciendo si es mejor o peor. Tengo cuñados que son gordos y sin prejuicio alguno van a la playa en sunga -diminutivos slips- y son totalmente más extrovertidos. En definitiva y volviendo al desarraigo como tema de su primera pregunta, uno al partir de su lugar de origen, deja precisamente todo eso que lo identifica con su ser más íntimo y de todos los días.
-¿Qué sensación la invade cuando recorre algunos lugares de Buenos Aires donde nada le es familiar, como de pronto lo pueden ser en Isla Margarita, Curazao y Caracas?
-Que nada me recuerda al pasado, a los lugares donde tuve aquella primera cita de amor o donde me dieron el primer beso. O por qué no, también, la primera discoteca cuando fui a bailar y tomé mi primera borrachera, esto, y mucho más pierde la persona cuando deja su tierra. Dejé todo eso, pero también en este hermoso país que es Argentina encontré el amor definitivo de mi vida, pude formar una familia y además gozo del reconocimiento del público, y esto paga todo precio, por más alto que éste sea. La vida fue muy benévola conmigo, si bien tuve que dejar lo mío, me recompensó en gran medida y me dio mucho más de lo que merecía.
-En relación a la ciudadanía argentina, ¿qué siente usted?
-Felizmente me quiere mucho y me respeta, yo también. Además a esta altura de la vida la mitad de mi corazón es argentino, la otra venezolano. Así lo siento. Me siento parte de este país, no sólo porque he formado una familia, sino también porque ustedes me han aceptado y me lo demuestran en todo momento y lugar.
-¿Qué pasa con la Fulop cuando llega como visita a su país y con el respaldo y popularidad que le ha dado la Argentina?
-Trato siempre de llegar de manera sorpresiva y con perfil bajo. Pero ni bien se enteran de que estoy de regreso a Caracas propalan noticias sobre mi persona y mi trabajo. Uno matiz que me llamó poderosamente la atención fue que cuando hacíamos en Buenos Aires «Un país de revista» se llenó de espectadores de toda Latinoamérica, inclusive de venezolanos, estoy también aportó mucho a la promoción y difusión de la obra y de mi trabajo como actriz.
-¿La convocan para trabajar en Venezuela?
-¡Sí! Tengo un propuesta para hacer cine. La estoy estudiando, pero estoy segura de que me va a encantar hacerlo, si todo se concreta como lo planificado desde un primer momento. Deseo mucho hacer cine y un lindo personaje.
-En la Argentina. ¿nunca le ofrecieron hacer cine?
-Sí, y en reiteradas oportunidades, pero no fueron ofrecimientos interesantes en relación a los roles a componer.
-¿Establece algún problema si le ofrecen hacer escenas de alto voltaje?
-No los tengo ni los planteo, para nada. Soy una actriz que está al servicio del personaje. Me ofrecieron hacer un trabajo que durante todo el tiempo estaba en la cama. Pero de pronto me planteé: debutar en cine con una «cintura» tan erótica, pudiendo hacer trabajos para una comedia, no me pareció correcto y decidí esperar mejores tiempos para mi ingreso al cine.
¡Qué país Argentina!
Cuando Catherine Fulop expuso el siguiente tema , lo hizo embargada por la emoción y con gesto de profunda gratitud, casi religioso: «Cuando llevaba en la panza a cada una de mis hijas, me decía: qué gran país le estoy dando a mi descendencia. Ustedes son muy cultos, tienen a los más grandes autores, músicos y artistas del continente y además todo argentino tiene una formación digna de reconocer, y esto no se da en todas partes. Esto también es una deuda de por vida que tendré con este país. Si bien los argentinos han tenido que sobrellevar grandes contratiempos y dificultades terribles, son de «picar» para arriba y de progresar todos los días y en todos los niveles.
Gracias a «Abigail»
La telenovela «Abigail» fue para Catherine Fulop el pasaporte al reconocimiento mundial y que la marcó de manera indeleble proyectándola fuera de Venezuela: «Antes había hecho también «La muchacha del circo» con mucho éxito, pero fue precisamente «Abigail» que me dio todo. Por ella estoy aquí, felizmente es así. Rogaba al cielo y todos los días que me contrataran como a Grecia Colmenares de la Argentina. Por eso me decía: si ella pudo, también me llegará el momento a mí. Hasta que se dio. Por más que no lo digan, todos los actores, cantantes, directores y demás artistas del continente americano, quieren ser contratados para trabajar aquí, precisamente porque es un país mundialmente reconocido como muy culto e informado».
El presidente Chávez
Siendo Catherine Fulop venezolana y sabiéndola muy comprometida con la realidad del continente, no se puede dejar pasar la oportunidad para hablar del presidente Chávez. Sobre el mencionado mandatario dijo: «La gente creo que lo quiere, de hecho, gana por segunda vez. No estoy totalmente de acuerdo con muchas de las cosas que hace y que dice. Me da la impresión de que Chávez parece «un mono con juguete nuevo», y con mucha plata en sus bolsillos. Lo que pasa es que al pobre de Venezuela los políticos nunca lo miraron, y él sí les prestó su atención y les tiró un «huesito», entonces el pobre está contento porque algo tiene. Mis país sigue más pobre que nunca teniendo más plata. Esto es así».
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