De chica hot a señora ‘sindicalista’
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en febrero 5, 2007
Empezó a prostituirse a los 16 porque quería comprarse un perro. Cuando se cansó, dejó las calles holandesas para formar una familia y abrir un centro de información sobre el rubro. Ahora está a punto de descubrir la estatua de la discordia.
BARRIO ROJO DE AMSTERDAM. Mariska asegura que las prostitutas prefieren mantenerse fuera del gremio que las nuclea. Además, dice que muchas son parte del crimen organizado y el narcotráfico.
MARISKA MAJOOR. Consiguió autorización para que su proyecto se haga realidad: en el centro de Ámsterdam habrá una escultura gigante que honrará a las prostitutas/os del mundo.
El panorama se presenta con claros contrastes. De un lado, la estatua de un general holandés, que con aires de orgullo, posa desde arriba de su caballo para un contingente de japoneses que no dejan de fotografiarlo. Enfrente, una mujer de bronce mira hacia el cielo, abre las piernas y con las manos en las caderas, juguetea con otro grupo de turistas. Aunque esa parte del cuento aún no es visible, así es como la ex prostituta Mariska Majoor imagina que adornará a Ámsterdam el primer monumento dedicado a las prostitutas y prostitutos del mundo.
Mariska es una holandesa que –por antojo adolescente, como le gusta decir- a los 16 años comenzó a incursionar en los burdeles. En conversación telefónica con Clarín.com cuenta las razones por las que se inició en el mundo de la prostitución :
_ ¡Porque quería comprarme un perro! (risas)
_Y después…¿cómo siguió?
_»Le fui tomando el gusto», nos confiesa Mariska. «Me empezó a gustar esa vida. Resultaba excitante. No quería hacer el camino tradicional de trabajar en una oficina o un negocio. Necesitaba hacer cosas por mí misma, y sobre todo, cosas locas. Luego de unos años me aburrió y ahora estoy con esto«.
Cuando dice «esto» Mariska se refiere al Centro de Información que fundó en 1994. Porque si bien al principio su trabajo le resultaba excitante, después de varios años de ser una de las tantas ofertas del circuito erótico en el barrio Rojo de Ámsterdam, su vida se tornó aburrida. ¿Entonces? Mariska dejó de trabajar y se desligó del mundo de la prostitución, aunque sólo de manera directa.
Si bien en Holanda existía un sindicato para prostitutas, conocido como el De Rode Draad, Majoor vio la necesidad de formar un Centro de Información que fuera funcional tanto para clientes como prostitutas, turistas, estudiantes y todo aquel que quisiera nutrirse con información de esa materia. De esta forma surgió el Prostitution Information Center (PIC), un Centro de Información de Prostitutas que organiza diferentes actividades, desde un tour por el barrio Rojo hasta charlas explicativas con diversos ejes: salud, derecho, defensa personal, placer, etc.
Hoy Mariska tiene 38, está casada y fue bautizada por la prensa de su país como «la sindicalista de las prostitutas». ¿Las razones? Además de escribir un libro muy popular en Holanda (‘When sex become work’/ Cuando el sexo se transforma en trabajo) y de formar el PIC, Mariska se ganó el rótulo después de que lograra, tras arduas gestiones, que el municipio de su capital permitiera la construcción de la estatua que «honrará a la profesión más antigua del mundo».
¿Cuál es la necesidad y la razón para se construya esta escultura?
_ En el mundo hay miles, por no decir millones, de mujeres y hombres que trabajan vendiendo su cuerpo. Éstos, además de tener que hacer un gran esfuerzo, no gozan ni de una mínima porción de respeto por parte de la sociedad. La escultura surge como una necesidad de crear un tributo y un mensaje al mismo tiempo.
¿Y cuál fue la respuesta de los habitantes de la ciudad?
_Holanda es un país que se jacta de ser abierto y vanguardista. No obstante, no todas las opiniones acerca de la escultura fueron favorables. La noticia hizo «ruido» y mucha gente se encargó de hacernos llegar su desaprobación. Las posiciones están divididas entre quienes la aprueban y quienes se oponen. El tema es que la prostitución ha existido siempre y esto no va a desaparecer independientemente de cómo la gente lo tome. Lo importante es organizar a la prostitución de la mejor manera posible. Pienso que prohibirla no solucionaría ninguno de los problemas relacionados con ella. En muchos países, la actividades es ilegal pero igual se la sigue practicando, aunque en situaciones mucho peores. Esto no beneficia a nadie.
¿La prostitución tiene una función social?
_Sí. Desde nuestro punto de vista, previene la agresión social. Además, la prostitución es más que sexo. El trabajo también consiste en dar atención emocional, en escuchar y satisfacer al cliente desde otros lugares.
En 1994, usted creó el Centro de Información de Prostitutas (PIC), ¿cuál fue el motivo?
_Porque hay gente que no tiene idea de quiénes somos, qué es lo que hacemos y para qué. Sentí que era necesario hacer un centro para clientes, trabajadores del rubro y todo aquel que estuviese interesado en el tema.
¿Esto desacreditaría la efectividad del De Rode Draad (el sindicato de las prostitutas en Holanda)?
_El sindicato no es muy efectivo. En general, las mujeres no se adhieren porque ganan mucho más estando fuera de él; acá podes trabajar por tu cuenta y ganar mucho más plata. Otro aspecto que juega en su contra es que en Holanda tampoco se necesita representación del tipo legal porque acá no te raptan ni te encarcelan.
¿En qué situación se encuentra la prostitución en Holanda?
_Ahora es legal, y la situación, seguro, es mucho mejor que en otras zonas del mundo. De todas formas, existen mujeres que siguen siendo obligadas a trabajar para el crimen organizado. Además, todavía hay mucho narcotráfico detrás de esto y sigue habiendo mujeres que trabajan en la calle y corren sus riesgos…
¿Por qué cree que una mujer se inicia en la prostitución?
_No todas empiezan por un perro (risa). Hay distintos casos. Pero si apartamos a la gente que trabaja porque es forzada, creo que en general son personas que quieren vivir bien, ganar dinero, darse lujos y luego dedicarse a otra cosa, ya con un capital armado.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la ley que las ampara? ¿Por qué hace alguien este trabajo? ¿Cómo realmente funcionan las cosas? ¿Quiénes son los clientes? ¿Qué piensan sus padres acerca de la opción de trabajar como prostituta? Según Majoor éstas son algunas de las preguntas que los visitantes del PIC realizan en las charlas (definidas como legales, prácticas y emocionales), que tienen un valor de 7,50 euros por persona la hora. El centro funciona como una sociedad de beneficencia, aunque no recibe ingresos del Estado. Se sostiene por la venta de «merchandising» (eso incluye el libro de Majoor), donaciones (se reciben para la estatua) e ingresos por actividades organizadas. Además de las charlas, hay «city tours» por el Barrio Rojo a 12,50 euros por persona.
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