COSQUIN ROCK FOTOS…CRÓNICA
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en febrero 10, 2007
Las Pelotas cerró la primera noche del Cosquin Rock ante más de 20 mil personas. En su demorado show, la banda presentó temas de su primer disco en cuatro años.
El show de Las Pelotas empezó más de una hora después de lo pactado. Cerca de las tres de la madrugada, con buena parte de los metaleros saliendo del predio, la gran mayoría (más de 20 mil perdonas) no se movió de su lugar. El momento de Daffunchio y Sokol arrancó con «Basta», la canción que dá titulo a su próximo disco. Los dos recordaron a «Largo», el seguridad del festival y músico de La 66 recientemente fallecido, y a Jorge Julio López, a quien dedicaron «Desaparecido». De ahí en mas todos fueron hits intercalados con las flamantes «Como un buey» y «Siento, luego existo», y versiones de los temas de Sumo «Debedé» y «El ojo blindado», al cierre. La banda compensó el retraso frente a su público más fiel entregando la mejor performance de la noche. Y, por los cuatro adelantos que se escucharon de Basta, parece que también compensará la larga espera por material nuevo, con un buen disco.
El escenario del metal, un festival aparte
En la mitad del tedioso -y por momentos inentendible- set de La 25, Almafuerte tenía a más de 5 mil devotos concentrados frente al escenario del sonido problemático. «Vamo’ a ir regulando la giladita», dijo Iorio, con impostado acento criollo. Además de un show potente, todos esperban una de las típicas y elocuentes máximas -usualmente ofensivas- del comandante Ricardo. Pero el cacique se contuvo: «Me pidieron paz, sino, ustedes saben, yo mando todo a la concha de la lora». El recital entretuvo y fue el cierre (perfecto) de la fecha para muchos de los miles de metaleros que, evidentemente, vivieron en su escenario un festival aparte. Una hora antes, a 400 metros del escenario heavy, en el principal, los veteranos Rata Blanca tocaban con la precisión que los cracteriza los temas de La llave de la puerta secreta y sus hits de siempre. Un show previsible, que Adrián Barilari defendió: «Como clásico que creemos que somos, sabemos que hay temas que no pueden faltar». Y no hace falta decir cuales.
Pelea de cartel
Si bien en todo momento se proyectó desde el escenario la hermandad entre las bandas, hay conflictos hasta en las mejores familias. En el escenario principal, pasadas las 21, cuando todos esperaban a La Mancha de Rolando, aparecieon Los Cafres, originalmente programados para el turno siguiente. Aparentemente, desde la producción deslizaron que hubo un «tira y afloje» entre las dos agrupaciones para ocupar el cuarto lugar en la grilla… y ganó La Mancha. Por otro lado, faltó que Los Natas cerraran el escenario «Agencia Córdoba Turismo». Según trascendidos, la banda se negó debido a que el espacio estaba auspiciado por el Gobierno de Córdoba.
Palos diferentes
La mezcla del reggae y el metal es improbable. Y en Cosquín Rock se produjo con aceptables resultados. El escenario temático tenía buena parte de los hombres del heavy local. Entre ellos ya se incluye a Los gauchos de acero, los 3 pibitos que se hicieron famosos en YouTube por hacer covers de Sepultura. Silencio, Serpentor, Mastifal, D-Mente, Logos y Horcas pasarían más tarde por ese tablado, en el que el sonido nunca terminó de ajustarse. Hacia las 20, a 500 metros de las huestes metaleras, el reggae brillaba con los brasileños de Natiruts que poponían «Legalize it» frente al público pelotero. Al mismo tiempo, el cielo se depejaba y se veían los primeros y últimos rayos de sol del día. Andrew Tosh, que desertó en el Pepsi Music en septiembre pasado y esta vez casi no llega por problemas de tránsito, tributó a su padre versionando prolijamente un puñado de sus temas. Palo y a la bolsa. Arranque con problemas
El viernes 9 amaneció con lluvia en la laguna San Roque. Cuando aflojó el clima, apenas después del mediodía, la organización se encontró con que el escenario temático se había hundido un metro y medio en el barro. El suelo había cedido por la lluvia y se necesitaron palas, gatos hidráulicos y camiones para terminar de nivelarlo. Todo a dos horas de la apetura de puertas. Eso explica el retraso que afectó a toda la jornada. Mientras los primeros conurrentes dejaban el camping, Karma Sudaca ya abría el escenario principal frente a muy pocos. Recién cuando Carajo cerraba su show «Smells Like Teen Spirit», la gente comenzaba a llenar el predio y algunos corrían a verlos de cerca. A pesar de los retrasos, lo bueno ya había comenzado.
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Las Pelotas cerró la primera noche del Cosquin Rock ante más de 20 mil personas. En su demorado show, la banda presentó temas de su primer disco en cuatro años.
El show de Las Pelotas empezó más de una hora después de lo pactado. Cerca de las tres de la madrugada, con buena parte de los metaleros saliendo del predio, la gran mayoría (más de 20 mil perdonas) no se movió de su lugar. El momento de Daffunchio y Sokol arrancó con «Basta», la canción que dá titulo a su próximo disco. Los dos recordaron a «Largo», el seguridad del festival y músico de La 66 recientemente fallecido, y a Jorge Julio López, a quien dedicaron «Desaparecido». De ahí en mas todos fueron hits intercalados con las flamantes «Como un buey» y «Siento, luego existo», y versiones de los temas de Sumo «Debedé» y «El ojo blindado», al cierre. La banda compensó el retraso frente a su público más fiel entregando la mejor performance de la noche. Y, por los cuatro adelantos que se escucharon de Basta, parece que también compensará la larga espera por material nuevo, con un buen disco.
El escenario del metal, un festival aparte
En la mitad del tedioso -y por momentos inentendible- set de La 25, Almafuerte tenía a más de 5 mil devotos concentrados frente al escenario del sonido problemático. «Vamo’ a ir regulando la giladita», dijo Iorio, con impostado acento criollo. Además de un show potente, todos esperban una de las típicas y elocuentes máximas -usualmente ofensivas- del comandante Ricardo. Pero el cacique se contuvo: «Me pidieron paz, sino, ustedes saben, yo mando todo a la concha de la lora». El recital entretuvo y fue el cierre (perfecto) de la fecha para muchos de los miles de metaleros que, evidentemente, vivieron en su escenario un festival aparte. Una hora antes, a 400 metros del escenario heavy, en el principal, los veteranos Rata Blanca tocaban con la precisión que los cracteriza los temas de La llave de la puerta secreta y sus hits de siempre. Un show previsible, que Adrián Barilari defendió: «Como clásico que creemos que somos, sabemos que hay temas que no pueden faltar». Y no hace falta decir cuales.
Pelea de cartel
Si bien en todo momento se proyectó desde el escenario la hermandad entre las bandas, hay conflictos hasta en las mejores familias. En el escenario principal, pasadas las 21, cuando todos esperaban a La Mancha de Rolando, aparecieon Los Cafres, originalmente programados para el turno siguiente. Aparentemente, desde la producción deslizaron que hubo un «tira y afloje» entre las dos agrupaciones para ocupar el cuarto lugar en la grilla… y ganó La Mancha. Por otro lado, faltó que Los Natas cerraran el escenario «Agencia Córdoba Turismo». Según trascendidos, la banda se negó debido a que el espacio estaba auspiciado por el Gobierno de Córdoba.
Palos diferentes
La mezcla del reggae y el metal es improbable. Y en Cosquín Rock se produjo con aceptables resultados. El escenario temático tenía buena parte de los hombres del heavy local. Entre ellos ya se incluye a Los gauchos de acero, los 3 pibitos que se hicieron famosos en YouTube por hacer covers de Sepultura. Silencio, Serpentor, Mastifal, D-Mente, Logos y Horcas pasarían más tarde por ese tablado, en el que el sonido nunca terminó de ajustarse. Hacia las 20, a 500 metros de las huestes metaleras, el reggae brillaba con los brasileños de Natiruts que poponían «Legalize it» frente al público pelotero. Al mismo tiempo, el cielo se depejaba y se veían los primeros y últimos rayos de sol del día. Andrew Tosh, que desertó en el Pepsi Music en septiembre pasado y esta vez casi no llega por problemas de tránsito, tributó a su padre versionando prolijamente un puñado de sus temas. Palo y a la bolsa.
Arranque con problemas
El viernes 9 amaneció con lluvia en la laguna San Roque. Cuando aflojó el clima, apenas después del mediodía, la organización se encontró con que el escenario temático se había hundido un metro y medio en el barro. El suelo había cedido por la lluvia y se necesitaron palas, gatos hidráulicos y camiones para terminar de nivelarlo. Todo a dos horas de la apetura de puertas. Eso explica el retraso que afectó a toda la jornada. Mientras los primeros conurrentes dejaban el camping, Karma Sudaca ya abría el escenario principal frente a muy pocos. Recién cuando Carajo cerraba su show «Smells Like Teen Spirit», la gente comenzaba a llenar el predio y algunos corrían a verlos de cerca. A pesar de los retrasos, lo bueno ya había comenzado.
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luciana massa said
hola aguante el heavy metal …almafuerte t llevo en enel alma sos lo massssssssssss….luciana massa