Stolbizer: «Hay que desenmascarar el falso progresismo de Kirchner»
Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en agosto 15, 2006
La dirigente radical se opone a que su partido apoye la candidatura de Lavagna, que «es funcional al gobierno»
Margarita Stolbizer no está ni con los «radicales K», ni con quienes tratan de colgarse de los pantalones del ex ministro de Economía Roberto Lavagna.
La secretaria general de la UCR quiere que su partido se vuelque a un frente progresista.
En cambio, la secretaria general del comité nacional de la UCR plantea la necesidad de conformar un espacio opositor «progresista» que confronte con el gobierno de Néstor Kirchner, al estilo de la coalición PS-UCR en Santa Fe.
También pidió «desenmascarar un progresismo que no existe» en la política del presidente Néstor Kirchner, y consideró que Hermes Binner evita «posicionarse de manera más terminante frente al gobierno» porque «sabe que puede recoger muchos votos que a nivel nacional simpaticen con el proyecto del gobierno» (ver aparte).
-En la UCR actualmente conviven «radicales K», «lavagnistas» y «progresistas». ¿Puede el partido soportar estas tensiones?
-El radicalismo es un partido en proceso de debate. Lo malo es participar de ese debate con posiciones preasumidas, como quienes plantean conformar una concertación política con el gobierno. Por otro lado, algunos dirigentes están buscando soluciones mágicas y encontraron en la candidatura de Lavagna la posibilidad de sostener espacios de poder. Yo discrepo con las dos posiciones porque es discutir estrategias de supervivencia y de salvación. Las candidaturas son posteriores a la definición del proyecto de país que uno quiere. Lavagna y Kirchner ya han estado en el gobierno por más de tres años y no han demostrado la voluntad de modificar las reformas estructurales de los •90. Se reniega de la década del •90 pero no se produce ningún cambio para demostrar que realmente quieren reconstituir una base distinta.
-¿Por qué los «radicales K» van a esa concertación?
-El gobierno ha desplegado una estrategia de seducción y de cooptación. El radicalismo gobierna en lugares donde ni el PJ ni el FPV tienen posibilidad de meterse. Cuando no puede ser competitivo ningún candidato propio, busca a quienes gestionan exitosamente y trata Kirchner de colgarse de ellos. No es ajeno a esto además el manejo discrecional de los recursos públicos que hace el gobierno, alimentada más aún con los DNU y los superpoderes. Por otra parte, el radicalismo no ha dado muestras de su voluntad de cambiar, de renovarse, de constituirse en una alternativa frente al gobierno. Así, a muchos se los termina arrastrando a hacer un acuerdo que les permita mantenerse. El radicalismo tiene que ofrecerles a esos gobernadores e intendentes una alternativa que no los condene a suicidarse en una lista que el partido termine consagrando.
-¿Cuál debería ser esta alternativa?
-Mirar una construcción como la de Santa Fe, con un Frente Progresista que le ha dado competitividad, fortaleza y potencialidad electoral a una propuesta que no es simplemente una suma de partidos. Otro ejemplo es el del Frente Amplio uruguayo.
-¿Con qué discurso de centroizquierda se confronta con un Kirchner que se apoltronó en ese mismo lugar?
-Hay que hacer una correcta caracterización de Kirchner, que desenmascare un progresismo que no existe. Está muy lejos del ideal progresista el manejo hegemónico y autoritario en el ejercicio del poder, la manía policíaca de descalificar a los periodistas, la situación de muchos sectores rehenes de los mismos que los empobrecen a través de los programas asistenciales, no hay voluntad de una reforma tributaria, ni laboral. La concentración de riqueza y de poder está divorciada del ideal progresista. Y si el radicalismo termina apoyando esta nueva categoría política que ha definido Lavagna -el centroprogresismo-, termina siendo funcional al gobierno: amontonar allí todo el pensamiento conservador y de derecha para quedarse ellos con el otro espacio.
-Lavagna parece poder estar en todos lados…
-Cuando él mismo dice que es «centroprogresista», está renunciando a ser de centroizquierda. El radicalismo debería definir una coalición claramente inclinada al centroizquierda en donde reconocemos al socialismo, al ARI, etcétera. Lavagna está claramente a la derecha, con Macri o Recrear.
-¿Qué es lo que más le preocupa del gobierno?
-Dos cuestiones íntimamente vinculadas: el deterioro de la calidad institucional y cómo esto repercute en la profundización de la desigualdad social.
-¿Que todo aparezca fácil para Kirchner en 2007, complica la posibilidad de consolidar una oposición?
-Debería ser al revés, alentar la construcción de un espacio opositor más totalizador y no tan fragmentado. Para que el sistema democrático funcione bien debe haber un gobierno con la fortaleza de gobernar y una oposición con poder de confrontar, controlar y preocupar a los que gobiernan. Y se preocupan cuando ven una oposición con capacidad sustitutiva. De lo contrario, creen que no tienen ningún riesgo en la elección, abusan del ejercicio del poder y se vuelven insensibles al conflicto social, porque creen que no necesitan los votos, que ganan con cualquier candidato o cualquier cosa que digan o hagan.
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