La compra-venta ilegal de vales de comida se habría impulsado sin igual. Se multiplican los avisos ofertándola. Por qué aumentó. Cómo se especula con el temor de la gente. Cuánto cobran
La «avivada criolla» parece no tener fin. Y el negocio de los especuladores reapareció ahora en el formato reciclado de una vieja operatoria a la que, por cuestiones de «coyuntura», se le saca mayores réditos.
Se trata del cambio ilegal de los tickets de comida que reciben los empleados por dinero en efectivo, transacción que no está avalada y es plausible de reproche legal, tal como lo establece el Decreto 592/95 (queda prohibido el canje por dinero. Tal conducta podrá constituir incumplimiento laboral y dar lugar a sanciones disciplinarias).
Lo novedoso es que en los últimos días la oferta de compra de vales, que hace años se concreta en el «mercado negro» –mesas de dinero, financieras truchas- con distintos descuentos, creció de manera inusitada, tal como lo reflejan la mayor cantidad de avisos publicados con ofertas en clasificados de distintos medios.
Al mismo tiempo, las tasas de descuento que se cobran a quienes buscan realizar el intercambio, también crecieron. Mientras que hace un año se pedía de 5 a 7% por los que sirven para restorán y entre 12 y 18% para los de supermercado, hoy se pide por los primeros entre 6% y 10% y por los segundos entre 16,5 y 22%.
Esto implica que por cada 100 pesos que se cambien en tickets, se obtendrá entre 90 y 94 pesos si se trata de restorán y entre 83,50 y 78 pesos si es canasta (una tasa que anualizada, supera el 200%).
Los descuentos igualmente, pueden variar según cantidad de tickets a canjear o fechas de vencimiento de los mismos. Casi nunca coinciden con las ofrecidas en los avisos, sino que son más elevadas.
Otro cambio que se produjo en este particular «mercado» es la incorporación del «delivery». «Si no puede venir acá, a nuestra oficina de microcentro para el canje, entonces, vamos nosotros con una moto», indicó a Infobae.com uno de los canjeadores.
¿Por qué crece?
En las consultas telefónicas realizadas a quienes ofertan la compra de tickets, se señaló que «conviene canjearlos cuanto antes porque los descuentos van a seguir subiendo» y se señaló que esto sucede «desde lo de (Héctor) Recalde» porque «mucha más gente quiere cambiar sus tickets y no quiere quedarse con papeles».
Esta explicación se dio una y otra vez en más de una decena de llamados de consultas realizadas.
Cabe recordar que el diputado Recalde denunció semanas atrás, ante la justicia, un intento de soborno por parte de dos empresarios vinculados a las firmas de ticket-canasta, para «cajonear» un proyecto de ley -finalmente promulgado- de incorporación al salario de estos vales no remunerativos.
«Esto está creciendo por una cuestión especulativa, hay gente que ‘se aviva’ que otros se quieren desprender por temor a que el ticket no sea recibido en negocios o supermercados o porque algunos ya no lo pueden utilizar como antes, se estuvo ‘corriendo la bola’ de que las empresas de ticket podían irse del país y por eso es cada vez más difícil meterlos y los descuentos son más altos», se explicó desde en una de las oficinas.
¿Cómo es el negocio del especulador?
El especulador que obtiene los tickets con hasta 22% de descuento sólo puede canjearlos en comercios de gastronomía o supermercados, claro que ese intercambio lo hace por 100% de su valor.
«Es ilegal que el beneficiario del ticket lo canjee por dinero, porque desvirtúa el fin con que fue creado. Hay que considerar que el vale se acepta con documento, entonces, hay que ver cómo son colocados, si a quien le están canjeando el dinero le piden fotocopia del DNI», dijo a Infobae.com Vicente Lourenzo, secretario general de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Las «cuevas» que realizan esta operación, según pudo averiguarse, se encuentran, en general, en edificios de oficinas y otras en fondos de galerías «escondidas» tras comercios legales. Algunos de los canjeadores provienen del negocio de compra-venta de dólares, constituyéndose una mutación del «arbolito» tradicional.
Consultado sobre este tema, Recalde indicó que «en primer lugar es absolutamente ilegal y habría que desentrañar dónde están esas cuevas para realizar algún tipo de control y evitar que sigan proliferando«.
«El perjuicio de todo esto se lo lleva el empleado, que es quien termina asumiendo estos descuentos. Pero además, está demostrado que lo que decíamos es cierto”, dijo y entendió que habría que buscar algún remedio para que se acelere la incorporación al salario, «como es un 10% por bimestre, la aplicación integral va a durar 22 meses», destacó.La «avivada criolla» parece no tener fin. Y el negocio de los especuladores reapareció ahora en el formato reciclado de una vieja operatoria a la que, por cuestiones de «coyuntura», se le saca mayores réditos.
Se trata del cambio ilegal de los tickets de comida que reciben los empleados por dinero en efectivo, transacción que no está avalada y es plausible de reproche legal, tal como lo establece el Decreto 592/95 (queda prohibido el canje por dinero. Tal conducta podrá constituir incumplimiento laboral y dar lugar a sanciones disciplinarias).
Lo novedoso es que en los últimos días la oferta de compra de vales, que hace años se concreta en el «mercado negro» –mesas de dinero, financieras truchas- con distintos descuentos, creció de manera inusitada, tal como lo reflejan la mayor cantidad de avisos publicados con ofertas en clasificados de distintos medios.
Al mismo tiempo, las tasas de descuento que se cobran a quienes buscan realizar el intercambio, también crecieron. Mientras que hace un año se pedía de 5 a 7% por los que sirven para restorán y entre 12 y 18% para los de supermercado, hoy se pide por los primeros entre 6% y 10% y por los segundos entre 16,5 y 22%.
Esto implica que por cada 100 pesos que se cambien en tickets, se obtendrá entre 90 y 94 pesos si se trata de restorán y entre 83,50 y 78 pesos si es canasta (una tasa que anualizada, supera el 200%).
Los descuentos igualmente, pueden variar según cantidad de tickets a canjear o fechas de vencimiento de los mismos. Casi nunca coinciden con las ofrecidas en los avisos, sino que son más elevadas.
Otro cambio que se produjo en este particular «mercado» es la incorporación del «delivery». «Si no puede venir acá, a nuestra oficina de microcentro para el canje, entonces, vamos nosotros con una moto», indicó a Infobae.com uno de los canjeadores.
¿Por qué crece?
En las consultas telefónicas realizadas a quienes ofertan la compra de tickets, se señaló que «conviene canjearlos cuanto antes porque los descuentos van a seguir subiendo» y se señaló que esto sucede «desde lo de (Héctor) Recalde» porque «mucha más gente quiere cambiar sus tickets y no quiere quedarse con papeles».
Esta explicación se dio una y otra vez en más de una decena de llamados de consultas realizadas.
Cabe recordar que el diputado Recalde denunció semanas atrás, ante la justicia, un intento de soborno por parte de dos empresarios vinculados a las firmas de ticket-canasta, para «cajonear» un proyecto de ley -finalmente promulgado- de incorporación al salario de estos vales no remunerativos.
«Esto está creciendo por una cuestión especulativa, hay gente que ‘se aviva’ que otros se quieren desprender por temor a que el ticket no sea recibido en negocios o supermercados o porque algunos ya no lo pueden utilizar como antes, se estuvo ‘corriendo la bola’ de que las empresas de ticket podían irse del país y por eso es cada vez más difícil meterlos y los descuentos son más altos», se explicó desde en una de las oficinas.
¿Cómo es el negocio del especulador?
El especulador que obtiene los tickets con hasta 22% de descuento sólo puede canjearlos en comercios de gastronomía o supermercados, claro que ese intercambio lo hace por 100% de su valor.
«Es ilegal que el beneficiario del ticket lo canjee por dinero, porque desvirtúa el fin con que fue creado. Hay que considerar que el vale se acepta con documento, entonces, hay que ver cómo son colocados, si a quien le están canjeando el dinero le piden fotocopia del DNI», dijo a Infobae.com Vicente Lourenzo, secretario general de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Las «cuevas» que realizan esta operación, según pudo averiguarse, se encuentran, en general, en edificios de oficinas y otras en fondos de galerías «escondidas» tras comercios legales. Algunos de los canjeadores provienen del negocio de compra-venta de dólares, constituyéndose una mutación del «arbolito» tradicional.
Consultado sobre este tema, Recalde indicó que «en primer lugar es absolutamente ilegal y habría que desentrañar dónde están esas cuevas para realizar algún tipo de control y evitar que sigan proliferando«.
«El perjuicio de todo esto se lo lleva el empleado, que es quien termina asumiendo estos descuentos. Pero además, está demostrado que lo que decíamos es cierto”, dijo y entendió que habría que buscar algún remedio para que se acelere la incorporación al salario, «como es un 10% por bimestre, la aplicación integral va a durar 22 meses», destacó.