EL ULTIMO CAPITULO DE «CASADOS CON HIJOS»

Una familia muy poco normal

 

La comedia de Guillermo Francella y Florencia Peña se despidió en muy buena forma.

BUENOS VECINOS. Los Argento (Florencia Peña y Guillermo Francella), con los nuevos vecinos (Pablo Echarri y Mariela Fernández).

 

El jueves se despidió Casados con hijos 2, la sitcom protagonizada por Guillermo Francella y Florencia Peña. Con un episodio doble, con Pablo Echarri como actor invitado y con pocas dosis de sentimentalismo.

La historia fue así: Los Argento, por ser 28 de diciembre —aunque Francella dijo, por lo bajo, que en realidad era 21— les hacen creer a los Fuseneco (Marcelo de Bellis y Erica Rivas) que se mudarán a Santa Fe. Dardo (De Bellis) se pone triste, pero María Elena (Rivas), la contrafigura de Pepe (Francella), no. Obvio. Descubierta la broma, los Fuseneco reciben la noticia que deben irse a vivir con todo pago a París. Que no, que ahora ellos nos están haciendo una broma, qué mal que actúan, pero llama el jefe de Dardo y Pepe descubre que es verdad. Agresión humorística hasta que Pepe y María Elena quedan solos. Pepe traza una analogía Batman-archienemigos. Batman sin El Guasón no es sino un tipo aburrido en un traje ridículo. Se necesitan. Lagrimillas aquí, allá, y recuerdan cómo se conocieron las dos familias. Chau, chau y, oh, nuevos vecinos: Echarri y Mariela Fernández repiten el mismo speech que los Fuseneco en ese primer encuentro.

Entonces, con ese final, ¿queda una puerta abierta? Tal vez, pero de otra manera. Casados con hijos no fue un superéxito en su momento. Con niveles de rating moderado, sobrevivió dignamente. Pero cuando la primera temporada terminó, la repetición fue más exitosa que cuando la serie era fresca. Y, cuando la segunda temporada llegó, el refrito siguió siendo el más visto. Entonces, la puerta abierta se parece más a ese repuesto permanente (y bienvenido) que son Los Simpson y El Chavo.

En un principio, la remake de Married with Children —tal es el nombre de la original— se sospechaba continuadora de la línea trazada por La niñera criolla. Pero no. Mientras que La niñera abordaba un humor zonzo, ATP, muy Grande Pá y con más edulcorante que la versión yanqui, Casados… logró ir más allá.

Married with Children fue una sitcom repleta de humor cruel hasta niveles hirientes, ironía a rabiar y sarcasmo constante, que fue cambiando a lo largo de sus once temporadas (1986-1997). «No son los Cosby», advertía el eslogan, remarcado que, aunque se tratara de la vida de una familia, de comedia familiar no tenía nada. Las lecciones de vida, el respeto por el prójimo y los abrazos constantes no existían en Married… Si había lecciones, era para saber cómo aprovecharse del otro, el prójimo era blanco de burlas y de abrazos ni hablemos.

El programa de Telefé, tal vez por la libertad para adaptar los guiones o la soltura y frescura de los actores (Francella y Erica Rivas, principalmente) logró, además de un humor todavía más punzante, un producto (perdón puristas) superior al original; a pesar de tener algunos personajes débiles (los hijos, Coqui y Paola). Pero el mérito del programa no es sólo haber superado el molde, ya que postuló una nueva familia catódica y metió en el horario central una alternativa interesante ante el costumbrismo rebajado a gente-en-chancletas al que nos tienen acostumbrados desde hace años.