LA ARGENTINIDAD….. AL PALO

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TEATRO : «IRRESISTIBLE, OTRA HISTORIA DE HUMOR»

Posted by LA ARGENTINIDAD ...AL PALO en enero 8, 2007

En la cresta de la ola


Miguel Angel Cherutti armó el show en torno al lucimiento de Carmen Barbieri, que retorna al género con todo.

Todos decían para este espectáculo me vendría bien alguien como Carmen. No, Carmen, sino como Carmen. Y a mi no me llamaban y yo comía. Más comía, menos me llamaban. Era un círculo vicioso. Toda yo era un círculo vicioso», dice en un fragmento de su monólogo, bien plantada como para tomarse en joda a sí misma, Carmen Barbieri, con la platea definitivamente de su lado. Y cuando se desliza sobre una silla con ruedas por el escenario, en tiempo, emponchada a lo Mercedes Sosa, y trata de acercarse como puede al tono de la tucumana, le dispara a su jefe, en bambalinas: «¿Ya está Cherutti? ¿Sigo? Me tendría que haber ido con Artaza que me hubiera hecho trabajar menos».

Lo dice Miguel Angel Cherutti sobre el escenario, lo escribió uno de los autores —Sergio Marcos— en el programa de mano de Irresistible, otra historia de amor, y la estructura misma del show lo confirma: esta revista se fue armando alrededor de la mujer que retorna a un género al que pertenece por historia.

Hay también un velado homenaje, en medio del espectáculo, a su padre, Alfredo Barbieri, alguien que manejaba como nadie la intriga cómplice con la gente y que demoraba la lentitud de un remate hasta el momento preciso.

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La idea de Miguel Angel Cherutti de colocar a Barbieri —que canta, baila, se anima al monólogo y hace imitaciones— casi como eje central del show y la entrega esforzada del elenco resultan los soportes del espectáculo que tiene, en la dirección general, a Reina Reech.

Hay un buen ritmo general que se distiende con la sesión de tangos de Cherutti —siempre muy arriba— o con una versión del Ave María que no parece terminar de amalgamarse con el tono general del espectáculo. Por otro lado, tal vez haya sido un buen intento no jugar tantos cuadros de humor sino apostar a una concentrada comedia de enredos, pero el resultado no alcanza: el clima de ese momento parece como de otra época.

Es, en cambio, una buena elección la de jugar con varias figuras femeninas en diferentes cuadros, con Valeria Archimaut como vedette principal y Sabrina Ravelli y Adabel Guerrero con presencias importantes en el show.

El complemento de los dos humoristas tampoco parece casual. Porque la comicidad más áspera de Alakrán —es notable su segunda incursión, cuando hace un acertado registro femenino según lo que ellas confiesan en el momento del orgasmo— tiene su contratara en el humor más deliberadamente ingenuo y familiar -el Payaso Marioneta y un pastor brasileño— de Rodrigo Rodríguez.

Hay un contrapunto que la gente festeja: la intensa rueda de imitaciones que llevan adelante Cherutti y Barbieri. La Nacha Guevara cantando No llores por mi Argentina que hace el productor y humorista, y la de Moria Casán, de Carmen Barbieri, tienen ambas contundencia y gracia.

El final es otra vez para ella. Barbieri mantiene con el medio un vínculo extraño. Se mueve en él como cualquier surfista de Playa Grande: se muestra, divertida, sobre la orilla y después desaparece un instante, sumergida, para volver a empinarse, otra vez, un tiempo después, sobre la cresta de la ola. Allí está este verano. Y nadie parece haberle regalado nada.

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