Conflicto telefónico: tras un nuevo fracaso en las negociaciones, se espera la intervención del Gobierno

La nueva maratónica reunión entre los directivos de Telefónica y delegados de FOETRA volvió a arrojar un saldo negativo. Con el conflicto entrado en su trigésimo sexto día, ahora queda en manos del ministro Tomada la resolución de la crisis.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, podría intervenir directamente este mediodía en el prolongado conflicto en Telefónica de Argentina, tras el fracaso de las negociaciones entre esa empresa y el sindicato del sector.

Los representantes de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos (FOETRA-Buenos Aires) y directivos de Telefónica de Argentina no pudieron llegar anoche a un acuerdo, pese a la extensa reunión que mantuvieron hasta entrada la madrugada.

Así lo informaron fuentes gremiales, quienes señalaron que hasta el momento las negociaciones fracasaron y que se esperan «novedades» para el mediodía a través de la intervención del ministro Tomada.

De esta forma, el conflicto que mantienen los empleados de Telefónica con la empresa entra hoy en el trigésimo sexto día de conflicto.

El diálogo entre las partes llevó más de 13 horas en la sede del Ministerio de Trabajo, en Leandro N. Alem al 600, presidido por el ministro y vice de Trabajo, Carlos Tomada y Noemí Rial, y el director nacional de Relaciones Laborales, Jorge Ariel Schuster.

Los telefónicos se encuentran desde hace 36 días en conflicto y, desde hace 13, en asamblea permanente, protesta que ya ha dejado sin servicio de atención al cliente a miles de usuarios.

Los empleados exigen la inclusión en el convenio colectivo de dos mil tercerizados, aunque la firma española sostuvo que «se trata de un conflicto de encuadramiento gremial con la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA)» y que no tiene injerencia.

El sábado último, en el marco de idéntico conflicto, la francesa Telecom acordó con FOETRA incluir a los tercerizados en el convenio colectivo de trabajo en un plazo de 14 meses.

Fundamentalmente, Telefónica se niega a abonar los salarios caídos por 35 días de protestas, lo cual traba las negociaciones que, fuentes sindicales calificaron como «difíciles».